<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>La situación por la que atraviesan los empresarios españoles establecidos en Cuba a causa de los impagos del Gobierno y del restablecimiento de Ley Helms-Burton por parte de EEUU y el apoyo de España a "la democracia y los derechos humanos" protagonizaron ayer la segunda jornada del viaje de Estado de los Reyes a La Habana.</strong></h4> Los Reyes iniciaron sus actividades de ayer con una visita a <strong>El Templete de la Plaza de Armas de La Habana Vieja</strong>, un monumento construido en 1827 y declarado Patrimonio de la Humanidad que recuerda el sitio donde tuvo lugar la primera misa celebrada en La Habana en 1519, y posteriormente se dirigieron al Palacio de los Capitanes Generales, un edificio del siglo XVIII que acoge el <strong>Museo de la Ciudad</strong>, donde recibieron de manos del presidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular <em>La Giraldilla</em>, figura que simboliza la bienvenida de la ciudad de La Habana. Tras esta visita, Don Felipe hizo entrega de la Gran Cruz de Carlos III al historiador de la Ciudad de La Habana, <strong>Eusebio Leal</strong> A media mañana, los Reyes se trasladaron al Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, donde tuvo lugar una recepción a <strong>la colectividad española residente en Cuba</strong>. La isla tiene la tercera colonia española más extensa del mundo, con 140.000, sólo por detrás de Argentina y Venezuela. Esta colonia podría acercarse a los 200.000 en aplicación de la llamada Ley de Nietos, aunque seguiría en tercera posición. En su discurso, el Rey homenajeó a una colectividad que “ha crecido de forma extraordinaria en los últimos diez años y que “convertirá muy pronto a este país en una de las naciones iberoamericanas con mayor presencia de españoles”, y envió “un saludo muy especial lleno de solidaridad de parte de todos los españoles que saben lo mucho que habéis construido aquí”. <strong>“No ignoramos las dificultades a las que hacéis frente y que tenemos muy presentes. Nuestras autoridades están trabajando para aliviar su impacto sobre vosotros”</strong>, prosiguió. Asimismo, Felipe VI hizo una mención especial a <strong>“los empresarios que lucháis por sacar adelante vuestras empresas y vuestros negocios en condiciones no siempre fáciles. Precisamente ahora, la Reina y yo queremos mostraros nuestro total apoyo”</strong>. “España es el principal socio comercial de Cuba en la UE, llegando a exportar la mitad de lo que exportan la totalidad de sus Estados miembros, y es el principal inversor turístico en la isla. Más de 70 hoteles españoles se han implantado en Cuba. <strong>Y todo ello lo han logrado la empresa española y sus empresarios en unas condiciones muchas veces adversas</strong>”, afirmó el Monarca, en veladas alusiones, aunque sin llegar a mencionarla a la Ley Helms-Burton ni las sanciones estadounidenses que penden sobre algunas compañías. Tras este acto, el Rey mantuvo un <strong>almuerzo con los empresarios españoles</strong>, al que asistieron el ministro de Asuntos Exteriores en funciones, Josep Borrell; el embajador de España, Juan Fernández Trigo; el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe, Juan Pablo de la Iglesia; la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez; la directora general de Relaciones Económicas Internacionales, Cristina Serrano; el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi; el presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet; y representantes de Meliá, Iberostar y otras empresas. <strong>En la isla operan cerca de 250 empresas españolas, en su gran mayoría pymes, con una fortísima presencia en los sectores hotelero y turístico.</strong> Los empresarios españoles se enfrentan a graves problemas financieros a causa de <strong>los retrasos en los pagos del Gobierno cubano y a la Ley Helms-Burton,</strong> que se ha traducido en la apertura de procesos contra las compañías, como es el caso de Meliá, que se enfrenta a 16 demandas. Todas estas adversidades, según la CEOE, "condicionan y frenan la presencia española, especialmente de pymes”. Por la tarde, el Rey asistió en la Embajada de España a la presentación del libro, editado por Acción Cultural Española, <em>500 años de la Ciudad de La Habana</em>, y recibió un ejemplar de manos del ilustrador del libro Javier Mariscal y el coautor Mauricio Vicent. <h5><strong>"España quiere acompañarles en el proceso de cambio en Cuba"</strong></h5> Posteriormente, en la misma Embajada, los Reyes mantuvieron un encuentro con una representación de la <strong>sociedad civil cubana</strong>, integrada por sectores muy diversos como organizaciones sociales y de masas y las organizaciones o asociaciones científicas o técnicas, culturales y artísticas, deportivas, de amistad y solidaridad, periodismo, intelectuales y “cuentapropistas”, según indicó la Casa Real, sin más detalles. La jornada finalizó con la cena de retribución ofrecida por los Reyes al presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y su esposa, Lis Cuesta, celebrada en el Palacio de los Capitanes Generales, en la que Don Felipe pronunció unas palabras en las que destacó que “España trajo consigo instituciones, ideas y valores. <strong>Las bases del Derecho Internacional, la concepción de los derechos humanos universales</strong>, el debate sobre la guerra justa, fueron aportes que dieron origen a lo que conocemos como la Edad Moderna”. Asimismo, señaló que España quiere “acompañarles” en el <strong>“proceso de cambio en el que está inmersa Cuba”</strong>. “Queremos hacerlo sobre la base del respeto y sobre la base de la propia experiencia. España supo dotarse, en 1978, de <strong>una Constitución basada en el pacto, la negociación, e inspirada en el consenso y la reconciliación</strong>. Y al amparo de ese marco constitucional, refrendado por el pueblo español en el ejercicio de su soberanía, <strong>los españoles hemos vivido nuestros mejores años como un país plenamente democrático</strong>”. "De esa Constitución y de nuestra propia historia, los españoles hemos aprendido que <strong>es en democracia como mejor se representan y se defienden los derechos humanos, la libertad y la dignidad de las personas</strong>, y los intereses de nuestros ciudadanos. Y que la fortaleza que la democracia otorga a sus instituciones es la que permite el progreso y el bienestar de los pueblos y hacer frente a los riesgos y desafíos que inevitablemente surgirán en el camino", prosiguió.