Texto: The Diplomat. /Fotos: Embajada de Hungría.
El embajador de Hungría, László Odrobina, celebró el pasado miércoles 23 de octubre su primera Fiesta Nacional desde que ocupa el cargo, fecha en la que se conmemora la revolución húngara que dio comienzo el día 23 de octubre de 1956.
Primeramente, el embajador húngaro señaló las tres fiestas que determinan la identidad nacional de su país: “el día 20 de agosto, día en que se celebra el aniversario de la fundación del Estado húngaro, así como la santificación del primer rey cristiano que se remonta a un acontecimiento que ocurrió hace mil años; el día 15 de marzo, llamado «Primavera de los Pueblos» en el continente europeo, en que se recuerda el estallido en Hungría de la Revolución y Lucha por la Libertad de 1848-49; y por último, el día 23 de octubre, en que se rinde homenaje a las víctimas, los mártires y los héroes supervivientes de la revolución y lucha por la libertad que comenzó contra el régimen comunista un día como hoy, hace justo 63 años”.
“La nación húngara tal como en 1956 -continuó László Odrobina-, siempre expresó con sus decisiones a lo largo de su historia su intención y necesidad de pertenecer a la comunidad europea. Nuestras creencias, filosofías, cultura e historia, las compartimos con las naciones europeas. Nuestra forma de gobierno se basa en los ideales de la democracia griega, así como en la ideología de la libertad, mientras que nuestro orden legal se construye sobre los fundamentos del Derecho romano y nuestra cultura y espiritualidad sobre la filosofía y pensamiento antiguo y sobre las tradiciones judeo-cristianas.”
A nosotros, los húngaros, que vivimos en la Europa Central y Oriental, desde siempre nos ha definido la idea de la libertad cristiana. Mientras que, en la terminología anterior, tanto en 1956, como en 1989, la libertad claramente significaba la liberación de algo, como la represión o la ocupación externa, ahora buscamos el para qué queremos ser libres y para la construcción de qué tipo de mundo queremos utilizar nuestra libertad. La idea de la libertad cristiana, por lo tanto, valora el desempeño individual que se hace en beneficio de la comunidad y considera que la nación es la base determinante de una sociedad, en su calidad de comunidad cultural e históricamente determinada por los individuos que la componen.
“Estamos plenamente convencidos y también es un hecho histórico que además de otros acontecimientos históricos ocurridos en la región de Europa Central, como la Primavera de Praga de 1968 o el movimiento de Solidaridad Polaca, también todo lo ocurrido durante la Revolución y Lucha por la Libertad húngara de 1956 contribuyó en gran medida al cambio de régimen y a la caída del Telón de Acero. Entre los objetivos del cambio de régimen de 1989 no solo figuraba la liberación del régimen comunista al que habíamos sido sometidos, sino también la reintegración en una Europa reunificada, ya como una nación libre e independiente que represente con orgullo sus propias tradiciones históricas y su patrimonio intelectual y cultural, que se basan en una sólida base antigua y judeocristiana.”
Es un verdadero honor para mí tener la oportunidad de conmemorar la revolución de 1956, así como el aniversario del cambio de régimen de 1989 en mi nueva calidad de Embajador de Hungría en Madrid, especialmente teniendo en cuenta que el pueblo español en su día seguía con una atención particular ambos acontecimientos. Y al igual que en Hungría seguíamos con gran interés la transición de España a la democracia, aquí también suscitó un visible interés la región de Europa Central, Hungría, que tras el cambio de régimen se encontraban en pleno proceso de democratización”.
“Desde aquel cambio de régimen, la relación entre los gobiernos de España y Hungría se estrechó cada vez más, tal y como confirmó la visita del Ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Josep Borrell, a Budapest. Se muestra una mejora en las relaciones económicas, cada vez más empresas españolas están invirtiendo en Hungría, sin mencionar el hecho de que aumenta el número de turistas españoles que visitan a Budapest. Aparte de los vínculos políticos y económicos, en el área cultural también se hace notoria la intensificación de colaboraciones, ya sea teniendo en cuenta los acuerdos celebrados entre instituciones o la difusión de la educación en idioma español en Hungría.”
Para terminar, el representante húngaro recordó las palabras pronunciadas en 2006 por el recientemente fallecido presidente de la República Francesa, Jacques Chirac: «Todos conservamos en nuestra memoria el sacrificio del pueblo húngaro por su libertad, pero también por nuestra libertad. La esperanza nunca muere si la alimenta la pasión por la libertad, aquella libertad que figura en primer lugar del lema de la República Francesa y de la cual sé que es tan valiosa para el corazón del pueblo español.»
El acto asimismo brindó la ocasión para que el Embajador de Hungría, László Odrobina, y el Director de la Escuela Secundaria de Formación de la Academia de Música Ferenc Liszt, Szabolcs Benkő, pudieran negociar una cooperación cultural y educativa a largo plazo, el año conmemorativo de «Treinta años en libertad». De este modo, el concierto ofrecido por los alumnos del Conservatorio Béla Bartók, además de ser un éxito, también sirvió como acto de apertura del mencionado año conmemorativo.
Entre los invitados, estuvieron el director general de Coordinación del Mercado Interior y otras Políticas Comunitarias, Pascual Navarro, el Comandante del Centro de Operaciones Aéreas Combinadas de la OTAN, Rubén Carlos García Servert, y numerosos miembros del Cuerpo Diplomático residente en España.