Cihad Erginay
Embajador de Turquía en España
En repetidas ocasiones hemos compartido con nuestros aliados, especialmente con EEUU, la preocupación que nos suscita la actividad terrorista desplegada por PYD/YPG/PKK en el noreste de Siria y, de igual manera, no hemos escatimado ningún esfuerzo a fin de poder hallar una solución diplomática a fin de crear una zona segura que resuelva nuestras inquietudes de seguridad al este del Éufrates.
A pesar del pre-acuerdo alcanzado durante este proceso, los envíos y suministros militares a PYD/YPG/PKK siguieron teniendo lugar. PYD/YPG/PKK no sólo no se retiró de la zona segura planificada, sino que construyó en ella nuevas trincheras y siguió perpetrando acciones hostiles.
Tomar las medidas necesarias para mantener nuestra seguridad nacional y protegerla contra todas las amenazas terroristas provenientes de Siria es nuestro más fundamental derecho de acuerdo con lo dispuesto por el derecho internacional. En este marco, el día 9 de octubre de 2019 nuestro país dio comienzo a la Operación Fuente de Paz con la finalidad de proteger nuestro territorio y mantener nuestra seguridad, limpiando de terroristas el este del Éufrates y, de esta manera, estableciendo la calma, la paz y la estabilidad en Siria.
Con esta operación se ha pretendido (i) resolver las inquietudes de seguridad de nuestro país persistentes desde hace tiempo, (ii) contribuir a la defensa de la integridad territorial de Siria, (iii) librar a la población local de la presión ejercida por PYD/YPG/PKK y (iv) crear un ambiente idóneo para el regreso de los refugiados sirios a su país de forma voluntaria y de acuerdo con los principios internacionales.
Además de la Coalición Nacional y el Gobierno Provisional, que son los representantes legítimos del pueblo sirio, también las minorías de la región – incluyendo a los cristianos – y los representantes de los clanes han expresado su apoyo a nuestra operación.
Esta operación, que se comunicó que se desplegaría vigorosamente hasta que la amenaza terrorista a nuestra seguridad nacional hubiera sido erradicada, se ha desarrollado de una forma comedida y proporcionada. Los terroristas han sido el único objetivo. Se ha tenido en todo momento el mayor de los cuidados a fin de prevenir las bajas civiles. En este contexto, no debe de concederse ninguna credibilidad a las alegaciones infundadas y falsas compartidas en algunas cuentas de redes sociales.
Desde el inicio de nuestra operación, la organización terrorista PYD/YPG/PKK es responsable de 652 ataques con misiles y mortero cerca de las áreas pobladas próximas a la frontera. Estos ataques, que tuvieron como objetivo a nuestros ciudadanos, así como a los sirios refugiados en nuestro país, se cobraron vidas inocentes, incluyendo niños y un bebé de apenas 9 meses.
Nuestro país se encargará de la vigilancia de los elementos de DAESH que se encuentran en los centros de detención ubicados en las zonas liberadas como resultado de la Operación Fuente de Paz, así como de la de sus familiares que están en los campamentos situados dentro del área de la Operación.
Los combatientes extranjeros constituyen un problema que concierne a toda la comunidad internacional, especialmente a los países de origen de estos. En este sentido, la comunidad internacional en su conjunto debe esforzarse para resolver este problema. Tal y como hemos hecho hasta ahora, en adelante también estamos dispuestos a trabajar con los países de origen de los combatientes extranjeros para decidir su futuro.
Observamos que las autoridades de algunos países y ciertos círculos han transmitido sus alegaciones y opiniones negativas sobre la operación y éstas, a su vez, han encontrado su eco en diversos medios de comunicación.
El objetivo final de la Operación Fuente de Paz iniciada contra las amenazas multidimensionales terroristas de origen sirio dirigidas cuyo objetivo es nuestra seguridad nacional era reestablecer la seguridad de nuestras fronteras, neutralizar a los terroristas de la región y salvar a los sirios de la crueldad de estos terroristas.
La operación se llevó a cabo en base al Derecho Internacional, de conformidad con el derecho de legítima defensa concedido en el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas y en las resoluciones correspondientes del Consejo de Seguridad de la misma Organización.
Durante la planificación y ejecución de la operación únicamente se consideraron como objetivos los elementos del PKK y sus apéndices en Siria PYD/YPG, así como sus refugios, asilos, bases, armas y materiales de su pertenencia. Durante la misma, se tomaron todo tipo de medidas necesarias para que los civiles y las infraestructuras civiles no recibiesen daño alguno. Las alegaciones de que la operación causaría una nueva crisis humanitaria y una oleada masiva de emigración que han circulado estos últimos días tienen como meta desacreditar los esfuerzos de la lucha contra el terrorismo que libra Turquía.
Turquía es el país que más ha combatido contra la organización terrorista DAESH en Siria y también el que ha pagado un precio mayor. Nos preguntamos cómo los países que insisten en cometer el error de colaborar con otra organización terrorista para combatir el terror de DAESH, que miran hacia otro lado cuando PYD/YPG libera a los presos de DAESH a conveniencia y que evitan repatriar a los combatientes terroristas extranjeros cuya nacionalidad detentan, se creen con el derecho de dar lecciones a nuestro país en lo referente a la lucha contra el DAESH.
Turquía tampoco ha tenido como objetivo efectuar un cambio en la demografía de la zona en la que se desarrolló la Operación. La organización terrorista PYD/YPG, desde el inicio del conflicto hasta ahora, ha aplicado una política de presión e intimidación contra la población de la región, expulsándola por la fuerza de sus casas. Los crímenes contra la Humanidad cometidos por PYD/YPG, que incluyen el de limpieza étnica, han sido documentados por parte de instituciones internacionales independientes.
Para Turquía, es fundamental proteger la integridad territorial y política de Siria. Las acusaciones vertidas por los países y grupos que de forma implícita o explícita apoyan la agenda discriminatoria de la organización terrorista PYD/YPG constituyen la manifestación de una reacción provocada por el fracaso de sus planes para dividir Siria.
El discurso de que la Operación Fuente de Paz resultaría en el menoscabo de los esfuerzos para alcanzar una solución política en Siria se encuentra muy alejado de la realidad. Turquía, colaborando estrechamente con los otros garantes de Astana y la ONU, es de los pocos países que se ha desempeñado un esfuerzo más crucial y sincero con la finalidad de que pudiera conformarse un Comité Constitucional. Luchar contra una organización terrorista contraria a los principios de unidad territorial y política – sobre los que ha de establecerse la solución política – con su agenda discriminatoria y que no es considerada como legítima por ningún segmento del pueblo sirio contribuye a avanzar con el proceso político de paz.
Nuestra expectativa principal es que la comunidad internacional, y en especial nuestros aliados, nos apoye en la batalla que libramos contra las organizaciones terroristas. Al igual que en el pasado, en adelante Turquía continuará luchando contra todo tipo de organización terrorista.
Así, los países que hasta el comienzo de esta operación ignoraron las preocupaciones de seguridad de Turquía, ahora desean colaborar con la misma, manifestando que en este momento ya entienden las inquietudes de seguridad del país. Es dentro de este marco que el día 17 de octubre fue implementado junto con EEUU, nuestro aliado de la OTAN, un acuerdo que permitió suspender la Operación. Esto, fundamentalmente, es muestra de que algunos aliados de la OTAN comprenden las preocupaciones justificadas de Turquía y el hecho de que no sería necesaria una operación si se facilitase la colaboración necesaria. El memorando de entendimiento firmado el 22 de octubre con la Federación Rusia ha de valorarse asimismo dentro de este mismo contexto. Esperamos que el resto de miembros de la comunidad internacional, liberándose de la propaganda de las organizaciones terroristas, entiendan la cooperación establecida con dos países miembros permanentes de Consejo de Seguridad de la ONU y que observen esta realidad sobre el terreno.
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