<strong>Luis Ayllón</strong> <h4><strong>La incertidumbre política que vive España como consecuencia de los procesos electorales de la pasada primavera y la falta de acuerdos para formar Gobierno están afectando a la política exterior española, según se constata en medios diplomáticos.</strong></h4> La consecuencia más visible del frenazo que está sufriendo la actividad exterior es la drástica disminución de viajes a extranjero por parte de las principales autoridades del Estado y también de las visitas que realizan mandatarios de otros países a España. Así, por ejemplo, en la agenda del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no ha habido espacio para preparar ninguna visita de carácter bilateral a otro país desde que a finales de enero se desplazó a México y la República Dominicana. A partir de ese momento, sus salidas al exterior han sido fundamentalmente par acudir a cumbres multilaterales, como los Consejos Europeos u otras cumbres de la UE, así como a la reunión del G-20, a finales de junio en Osaka, y más recientemente para responder a las invitaciones del presidente francés, Emmanuel Macron, la última a una cena del G-7, el 25 de agosto. Moncloa tampoco puede confirmar la presencia del jefe del Ejecutivo en la Asamblea General de Naciones Unidas en la semana del 23 al 27 de este mes, porque, precisamente, el primero de esos días es la fecha tope para que se pueda formar Gobierno en España antes de proceder ala disolución del Parlamento. También el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, aunque mantiene cierta actividad oficial de su Departamento, parece ya más orientado a preparar su puesto de Alto Representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad Común y su comparecencia ante el Parlamento Europeo, que a buscar nuevas orientaciones de la política exterior española. Precisamente, la salida de Borrell, que, si no se logra formar antes nuevo Gobierno en España, debería producirse -una vez obtenido el plácet de la Eurocámara- a partir del 31 de octubre, puede hacer que el Ejecutivo en funciones se quede sin ministro de Exteriores. En el caso de que hubiera que ir a nuevas elecciones el 10 de noviembre, Pedro Sánchez tendría que tomar la decisión de encargar la cartera de Exteriores a otro miembro de su Gabinete, como podría ser la vicepresidenta, Carmen Calvo, o asumirla él mismo. Y si, como pronostican las encuestas, los resultados electorales no son claros para formar pronto un Gobierno, la situación se prolongaría, previsiblemente, hasta los primeros meses de 2020. De igual modo, la agenda del Rey también ha visto limitados los desplazamientos, porque la presencia de don Felipe en España ha sido necesaria para que se pudieran llevar a cabo las consultas con los partidos políticos. Y la situación puede volver a repetirse si hay nuevos comicios. La última visita de Estado de los Reyes fue a Argentina el pasado mes de marzo, aunque, después el Monarca ha realizado algunos cortos viajes al exterior, el último, unos días antes de julio a la toma de posesión de Laurentino Cortizo como presidente de Panamá y a los actos del V Centenario de la Ciudad de Panamá. Más en el aire está que don Felipe y doña Letizia puedan llevar a cabo la esperada visita a Cuba, coincidiendo con los 500 años de la fundación de La Habana, porque la fecha inicialmente prevista es en torno al 14 de noviembre, sólo cuatro días antes de la celebración de las elecciones. Más factible puede ser que los Reyes mantengan su propósito de asistir el 22 de octubre a la ceremonia de entronización de Naruhito como emperador del Japón y días después de realizar el varias veces aplazado viaje a Corea del Sur. En cuanto a las visitas de mandatarios extranjeros a España, también se han visto reducidas sensiblemente. El último en realizar una visita de Estado a España fue el presidente de Perú, Martín Vizcarra, quien lo hizo el pasado mes de febrero.