<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>El Congreso de los Diputados confirmó ayer los peores pronósticos del Gobierno y volvió a rechazar la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Ejecutivo, después de que Unidas Podemos, siguiendo las consignas de su líder, Pablo Iglesias, decidiera finalmente abstenerse en la votación.</strong></h4> <strong> </strong> Después de convertirse en el primer presidente del Gobierno que llega al cargo mediante una moción de censura, <strong>Pedro Sánchez volvió a hacer historia ayer tras alcanzar el dudoso honor de ser el primer candidato que pierde dos votaciones de investidura.</strong> La primera se produjo en marzo de 2016, cuando el Congreso rechazó el acuerdo de gobierno entre PSOE y Ciudadanos gracias, en buena parte, al voto en contra de Podemos. El resultado final de la votación fue de 124 votos a favor (los diputados del PSOE y el diputado del PRC), 155 votos en contra y 67 abstenciones, incluidas, obviamente, las de los 42 diputados del grupo confederal de Unidas Podemos. Tras este resultado, los partidos tendrán hasta el 23 de septiembre para pactar una nueva investidura. En caso de no conseguirlo, el Rey disolverá las Cortes el 24 de septiembre y el BOE publicará la convocatoria de unas nuevas elecciones. <strong>“Entre fuerzas de izquierdas, la investidura debería de haber estado garantizada desde el primer momento”</strong>, manifestó Pedro Sánchez durante su intervención previa a la votación. Según el presidente en funciones, las diferencias en las negociaciones entre socialistas y Podemos no fueron por “problemas de programa”, sino que “el problema fueron los ministerios", y en ese contexto, advirtió, su objetivo en todo momento fue formar un Ejecutivo "de personas competentes y capaz de gobernar". “No se puede poner la Hacienda Pública en manos de alguien que no ha gestionado jamás un presupuesto", afirmó, en referencia a la inexperiencia político de los diputados de Podemos. <strong>"Si tengo que formar un Gobierno a sabiendas de que no seré útil a mi país, no seré presidente... ahora"</strong>, aseguró. Asimismo, Sánchez admitió que no conoce “precedente alguno en que un dirigente político se sienta humillado ante la oferta de una vicepresidencia". "¿Alguien considera una humillación ser vicepresidente del Gobierno de España, ser ministro de Sanidad, ser ministro de Igualdad, de Vivienda y Economía Social?", preguntó directamente a Pablo Iglesias. En su réplica, el líder de Podemos no sólo reiteró la intención de su formación de abstenerse sino que incluyó una propuesta de última hora, supuestamente sugerida por “alguien muy relevante, una autoridad moral" en el PSOE. <strong>“Renunciamos al Ministerio de Trabajo si nos ceden las competencias para dirigir las políticas activas de empleo"</strong>, anunció Iglesias, antes de "tender la mano" a Pedro Sánchez para volver negociar “desde el respeto” y para pedirle que "no lleve a los españoles a elecciones”. La propuesta de última hora de Iglesias, presentada cuando apenas quedaban tres horas para la votación definitiva, fue inmediatamente rechazada por Sánchez y respondida contundentemente por <strong>la portavoz parlamentaria socialista, Adriana Lastra</strong>, quien recordó a Pablo Iglesias que las políticas activas de empleo están transferidas a las comunidades autónomas. <strong>"Quiere dirigir el Ministerio de Trabajo sin saber cuáles son las competencias del Ministerio de Trabajo”</strong>, lamentó Lastra. “La realidad es tozuda y la historia no perdona. Lo único que quedará es que hoy, por segunda vez, usted impedirá un Gobierno socialista”, concluyó.