<h6><strong>Andreu Cornelles</strong></h6> <h4><strong>El exdiplomático británico Shaun Riordan ha presentado su último <a href="http://politybooks.com/bookdetail/?isbn=9781509534074" target="_blank" rel="noopener noreferrer">libro</a> “<em>Cyberdiplomacy: Managing Security and Governance Online</em></strong><strong>”</strong><strong><em>, </em>en un acto celebrado el pasado jueves en la sede de la Escuela Diplomática junto con los diplomáticos españoles Antonio Núñez García-Sauco y Jaime González Castaño.</strong></h4> <h4></h4> Con más de 15 años de experiencia en el cuerpo diplomático, Riordan aborda en este libro los medios que ofrece la diplomacia actual para gestionar la seguridad y contener los conflictos en línea, y cómo mejorarlos en pos de la cooperación internacional. Según apuntó el autor en la presentación, las nuevas tecnologías en un inicio “aumentaron el control de los ministerios de exteriores respecto a las embajadas, pero han provocado tal <strong>aceleración de los acontecimientos</strong> que actualmente no se dispone de tiempo para enviar instrucciones actualizadas a las misiones”. Asimismo, señala que todas las grandes oportunidades que han abierto las nuevas tecnologías en el ámbito de las relaciones internacionales, al mismo tiempo “<strong>han generado nuevos problemas diplomáticos</strong>”. Con el fin de <strong>gestionar estos conflictos</strong> derivados del ciberespacio, Riordan argumenta que este constituye un escenario “demasiado importante para dejarlo en manos de los técnicos”. Por ese motivo el autor aboga por la combinación de los <strong>clásicos instrumentos diplomáticos con las nuevas tecnologías</strong> “para reducir la escalada y la proliferación de ciberconflictos mediante la promoción proactiva de la negociación y la colaboración en línea”. De igual modo, el autor señaló que “debería producirse un <strong>cambio en la formación</strong> de los futuros diplomáticos en materia de seguridad y gobernanza online”. En ese sentido cree importante que la diplomacia empiece a “utilizar los instrumentos que proporciona el ciberespacio y reorientarlos a la búsqueda de los intereses propios, por lo que los nuevos diplomáticos deberán ser expertos en ello”. Por esa razón, y debido al peso actual de la diplomacia pública, Riordan recomendó “dejar en manos de los <strong>diplomáticos la gestión de las redes sociales</strong> de las misiones, y no delegar la responsabilidad en expertos en redes sociales". Según él, los diplomáticos conocen mejor “en qué términos deben moverse, y de ese modo no dar pie a conflictos evitables”.