<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>La Santa Sede se desmarcó ayer de las declaraciones del ex nuncio, monseñor Renzo Fratini, en relación con la exhumación de los restos de Francisco Franco, que motivaron una protesta oficial del Gobierno español por “injerencia”.</strong></h4> <strong> </strong> “La Santa Sede aclara que las declaraciones de monseñor Fratini sobre la exhumación de los restos mortales de Francisco Franco fueron expresadas a título personal”, afirmó ayer la Santa Sede en una nota de prensa firmada por <a href="https://www.vaticannews.va/es/vaticano/news/2019-07/santasede-exhumacion-franco-vaticano-declaracion-gisotti-fratini.html" target="_blank" rel="noopener noreferrer"><strong>el director de la Oficina de Prensa, Alessandro Gisotti</strong>.</a> Asimismo, el portavoz del Vaticano recordó que “el ex Nuncio Apostólico en España ya ha desmentido, a través de la prensa, toda intención de emitir un juicio sobre cuestiones políticas internas” y reiteró que la posición de la Santa Sede sobre el tema de la exhumación de Franco “es clara” y se basa <strong>“en el pleno respeto de la soberanía del Estado español y de su sistema legal”. </strong> <strong> </strong> Esta posición, precisó el Vaticano, “ha sido ya expresada oficialmente a través de <strong>la carta que el secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, envió el pasado mes de febrero a la vicepresidenta del Gobierno español, Carmen Calvo</strong>, y ulteriormente reafirmada por el secretario general de la Conferencia Episcopal Española”. El motivo de la polémica fueron unas declaraciones del ex nuncio del Vaticano<strong>, monseñor Renzo Fratini</strong>, a la agencia Europa Press en las que afirmó que, con la decisión de exhumar al antiguo dictador, se había <strong>“resucitado a Franco”</strong>. “No ayuda a vivir mejor recordar algo que ha provocado una guerra civil”, añadió el pasado 1 de julio durante una recepción oficial en la Nunciatura para despedirse oficialmente del Cuerpo Diplomático y de las autoridades españolas. Las declaraciones de Fratini causaron un gran malestar en el Gobierno español, que se tradujo en la entrega de <strong>una carta firmada por Carmen Calvo y dirigida al cardenal Pietro Parolin</strong> -acompañada de una nota verbal- en la que el Gobierno expresaba su protesta formal y preguntaba si las declaraciones de Fratini implicaban un cambio de la postura oficial del Vaticano respecto a la exhumación de Franco. Según la vicepresidenta, “la injerencia del nuncio” en relación con la exhumación de los restos de Franco y la Ley de Memoria Histórica había <strong>quebrantado “la neutralidad con la que las legaciones diplomáticas tienen que actuar”.</strong> En declaraciones posteriores a la revista católica <em>Vida Nueva</em>, el nuncio –quien dejó su cargo el 2 de julio, después de diez años destinado en España- lamentó la “polémica” generada por sus palabras y aseguró que no había tenido “absolutamente” ninguna intención de meterse en política.