<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El 5 de agosto de 1979, hace hoy justamente cuarenta años, Mauritania decidió renunciar a la parte del Sáhara Occidental que le había correspondido en aplicación del Acuerdo Tripartito de Madrid y reconocer al Frente Polisario como representante del pueblo saharaui. Seis días más tarde, Marruecos se anexionó esta parte de la antigua colonia española.</strong></h4> El <a href="http://www.arso.org/ac3madrid.htm" target="_blank" rel="noopener noreferrer"><strong>Acuerdo Tripartito</strong></a>, firmado en Madrid en noviembre de 1975 (en plena agonía de Francisco Franco), supuso la entrega por parte de España del territorio del Sáhara Occidental a Marruecos y a Mauritania. Para Mauritania, aquel acuerdo –adoptado al margen del Comité de Descolonización de la ONU- suponía un intento de frenar el expansionismo de Marruecos, que acababa de reconocer formalmente la existencia del Estado mauritano y no había ocultado en el pasado su interés por integrar a este país en su proyecto de Gran Marruecos. El derrocamiento del presidente <strong>Mohtar Uld Dadah</strong> en julio de 1978 y su sustitución por un Comité Militar liderado por <strong>Mohamed Khouna Ould Haidala</strong> supuso un cambio de política en un país que, en apenas tres años y medio, había perdido hasta un millar de soldados en su guerra con el Frente Polisario. El 5 de agosto de 1979, <a href="http://www.umdraiga.com/documentos/acuerdos_internacionales/Acuerdo_Maurit_FP_1979_es.htm" target="_blank" rel="noopener noreferrer"><strong>Mauritania firmó en Argel un acuerdo formal de paz con el Frente Polisario</strong></a> –posteriormente avalado por el Consejo de Seguridad y la Asamblea General de la ONU- en el que, en nombre de "los derechos de los pueblos a la libre determinación", declaraba “solemnemente” que ya no tenía “reivindicaciones territoriales o de otra clase en el Sahara Occidental”, se comprometía a retirar sus tropas y a poner fin a aquella “guerra injusta” y reconocía al Polisario como “representante del pueblo saharaui”. El 11 de agosto, el Rey de Marruecos, Hassan II, respondió a esta decisión con la invasión militar y la anexión de la zona del sur del Sáhara Occidental abandonada por Mauritania. Tanto la retirada mauritana como la posterior anexión marroquí suponían <strong>la invalidación <em>de facto</em> del Acuerdo Tripartito de Madrid</strong>, puesto que había sido roto unilateralmente por dos de las tres partes. “Sus términos han sido alterados por las acciones unilaterales mauritana (tendente a la paz) y marroquí (proclive a la guerra), que, en cualquier caso, se apartan por completo de lo estipulado en el acuerdo”, escribió por esas mismas fechas, en el diario <em>El País</em>, el abogado y político Emilio Menéndez del Valle, futuro embajador de España en Jordania e Italia y eurodiputado socialista entre 1999 y 2014. El Acuerdo Tripartito, que preveía un proceso de descolonización a partir del respeto a <strong>“la opinión de la población saharaui, expresada a través de la Yemaá”</strong> (Asamblea General del Sáhara), establecía el compromiso de España de descolonizar el Sáhara Occidental y la transferencia de “las responsabilidades y poderes” de la antigua potencia colonial a una administración tripartita temporal en la que debían participar Marruecos, Mauritania y la Yemaá. Este punto quedó sin efecto casi de inmediato, tras la ocupación militar por parte de los dos países norteafricanos. La ONU no ha reconocido nunca la validez de este acuerdo ni ha admitido a Marruecos como potencia administradora del territorio, que legalmente sigue figurando como “único territorio español pendiente de descolonización”.