The Diplomat
El presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, decidió ayer suspender la cumbre extraordinaria de jefes de Estado y Gobierno después de intentar, infructuosamente, convencer a los líderes para que aceptasen como presidente de la Comisión al holandés Frans Timmermans, el spitzenkandidat de los socialidemócratas liderados por Pedro Sánchez.
El reparto de los cargos de la UE fue uno de los temas más importantes del encuentro que mantuvieron los líderes de Francia, Alemania, Países Bajos y España y los presidentes del Consejo y de la Comisión Europa, Tusk y Jean-Claude Juncker, en los márgenes de la reunión del G20 en Osaka.
Por ese motivo, pese a no tratarse exactamente de una apuesta personal, Tusk se presentó ayer en Bruselas con la propuesta acordada en Osaka, por la cual Timmermans presidiría la Comisión Europea en detrimento del aspirante del Partido Popular Europeo, Manfred Weber. Éste, por su parte, quedaría relegado a la Presidencia del Parlamento Europeo, mientras que la Presidencia del Consejo sería para un representante liberal.
Lo cierto es que el acuerdo de Osaka, que Tusk trasladó a la Conferencia de Presidentes de la Eurocámara, no sentó nada bien, a pesar de que, en principio, parecía contar con una «mayoría cualificada» en el Consejo.
Por una parte, el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, advirtió, en nombre del grupo de Visegrado -Polonia, Eslovaquia, Hungría y República Checa-, de que «Frans Timmermans no es un candidato de compromiso, es un candidato que divide profundamente Europa y que ciertamente no entiende la Europa central».
Por otra parte, los jefes de Estado y de Gobierno vinculados al Partido Popular Europeo (PPE) expresaron su rechazo a la propuesta de Osaka, a pesar de contar con el respaldo de una destacada integrante de esta familia política, la canciller alemana Angela Merkel, y de que el propio Weber había aceptado el reparto acordado en Japón.
Así las cosas, después de apenas dos horas un media de reunión -que, de por sí, comenzó con tres horas de retraso a causa de las reuniones previas-, Tusk decidió hacia las once de la noche suspender el Consejo Europeo extraordinario y convocar nuevas reuniones bilaterales para tratar de desatascar el proceso.
Por parte de España, el presidente del Gobierno en funciones y negociador jefe de los socialdemócratas europeos, Pedro Sánchez, insistió, en su apoyo a Timmermans e incluso al sistema de los spitzenkandidaten, según habían adelantado fuentes de Moncloa.