Melitón Cardona
Ex Embajador de España
He tenido ocasión de leer varios estudios publicados en Alemania que predicen que cerca de la mitad de los puestos de trabajo altamente cualificados en España permanecerán vacantes en el futuro inmediato y a medio plazo si nadie lo remedia. La generación que se incorpore al mercado laboral dentro de diez años no habrá recibido la formación necesaria para responder a las exigencias de puestos de trabajo altamente cualificados. Habrá 104.000 vacantes hasta 2028.
Junto con Grecia, España tiene el desempleo juvenil más alto de Europa. Pero según un estudio de ManpowerGroup y la Fundación I+E, en la próxima década se producirá un aumento del empleo de jóvenes (menores de 35 años) de entre el 2,3% y el 3,5%, lo que creará aproximadamente entre 200.000 a 250.000 nuevos puestos de trabajo con altas cualificaciones. Pero el sistema educativo español apunta en una dirección diferente a la del futuro mercado laboral.
Según las previsiones, casi la mitad de los puestos de trabajo -entre 85.000 y 105.000 plazas- permanecerán vacantes por dos razones: por un lado, porque el cambio demográfico ha reducido la fuerza laboral de los jóvenes de 16 a 34 años en un veinte por ciento desde 2010. Por otro lado, el sistema educativo no se adapta al cambio tecnológico actual. Dentro de diez años, los jóvenes que se hayan formado o licenciado en tecnologías de la información serán los que más sufrirán las consecuencias. Entre ellos se incluyen, por ejemplo, arquitectos técnicos, matemáticos, ingenieros y especialistas financieros.
El problema del sistema educativo es, en primer lugar, que el marco legal para reformarlo es muy inestable y no hay perspectivas de acuerdo entre las partes a largo plazo con el gobierno actual o las futuras constelaciones políticas presumibles. En segundo lugar, el sistema va en dirección equivocada y ya es incapaz de seguir el ritmo de los últimos avances tecnológicos.
La brecha que se abrirá en el mercado laboral español en el futuro debido a la escasez de trabajadores altamente cualificados podría cubrirse con una política de inmigración selectiva en el futuro, según afirma Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona. De esta forma, los inmigrantes altamente cualificados podrían satisfacer las necesidades de las empresas y ayudar en los lugares donde haya escasez en España en determinados momentos.
Lo anterior da qué pensar. Es culpa del sectarismo de muchos de nuestros políticos, ciertamente, pero también tiene su parte en esa culpa la desidia de muchas empresas que se muestran incapaces de enmendar los errores de una clase política cortoplacista y fanatizada, más preocupada en igualar al mediocre que en remediar su mediocridad.
© Todos los derechos reservados