<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, participará hoy y mañana en Bruselas en la reunión del Consejo Europeo, en la que podría empezar a aclararse el <em>culebrón</em> de los nuevos altos cargos de la UE.</strong></h4> Los líderes de la UE se reunirán estos dos días en Bruselas para adoptar la Agenda Estratégica para la Unión 2019-2024, abordar el Marco Financiero Plurianual 2021-2027 y preparar la Cumbre de Acción sobre el Clima de septiembre, pero todos estos temas deberían quedar eclipsados por <strong>“las decisiones pertinentes” que adoptará el Consejo sobre “los nombramientos de los altos cargos de las instituciones de la UE para el próximo ciclo institucional”</strong>, según figura en la agenda. El objetivo de los jefes de Estado y de Gobierno es alcanzar un acuerdo en esta misma reunión del Consejo Europeo, pero ni es absolutamente obligatorio ni está tan claro que se vaya a lograr. Si se cumple el calendario, <strong>el 1 de noviembre tomarán posesión el nuevo presidente de la Comisión Europea, el nuevo alto representante para Política Exterior y de Seguridad y el nuevo presidente del Banco Central Europeo, y el 1 de diciembre asumirá oficialmente el nuevo presidente del Consejo Europeo</strong>. Por tanto, hay tiempo para tomar una decisión, aunque el deseo, en principio, es cerrarla esta misma semana. El proceso de consultas bilaterales del <strong>presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk</strong>, con los líderes europeos comenzó a finales de mayo, una vez celebradas las elecciones europeas. En el caso de España, el encuentro con Pedro Sánchez tuvo lugar el 6 de junio en La Moncloa. En su carta de invitación a los mandatarios, Tusk se ha mostrado "cautelosamente optimista" sobre la posibilidad de un acuerdo porque, a pesar de las “diferentes opiniones”, las consultas le han hecho ver que existe una “voluntad común de finalizar este proceso antes de la primera sesión del Parlamento Europeo". Aparte, el presidente del Ejecutivo -que alterna sus gestiones europeas con las negociaciones para su propia investidura en España- ha aprovechado el buen resultado del PSOE en las elecciones al Parlamento Europeo para enfundarse el traje de <strong>“negociador jefe” de los socialistas europeos</strong>. El pasado 27 de mayo, Sánchez y el presidente francés, <strong>Emmanuel Macron</strong> -los dos referentes actuales de socialdemócratas y liberales en el Parlamento Europeo-, lanzaron una ofensiva en el Palacio del Elíseo para evitar que el PPE mantenga la Presidencia de la Comisión Europea. Posteriormente, el presidente del Gobierno cenó el 7 de junio en la residencia del primer ministro belga, el liberal <strong>Charles Michel</strong>, con el primer ministro portugués, <strong>Antonio Costa</strong> (el otro “negociador jefe” socialista), el primer ministro holandés, <strong>Mark Rutte</strong> (también liberal), y los primeros ministros de Letonia, <strong>Arturs Karins</strong>, y Croacia, <strong>Andrej Plenkovic</strong> (populares). Michel ha organizado para hoy mismo, horas antes del Consejo, un desayuno con los principales negociadores de populares, socialdemócratas y liberales –incluido Sánchez- a fin de acercar posturas. <h5><strong>La Presidencia de la Comisión y los objetivos de España</strong></h5> El principal trofeo para todos los partidos es <strong>la Presidencia de la Comisión Europea</strong>. El Partido Popular Europeo, ganador en las elecciones europeas, aspira a situar en el cargo a su cabeza de lista (<em>spitzenkandidaten</em>), <strong>el alemán</strong> <strong>Manfred Weber</strong>, pero socialistas y liberales han abanderado una "alianza progresista" para contrarrestar el peso político del PPE y van a defender a sus propios candidatos, <strong>el holandés Frans Timmermans (socialdemócrata) y la danesa Margrethe Vestager (liberal)</strong>. El Gobierno de Macron ha dado a entender que podría apoyar a un candidato del PPE siempre y cuando no fuese el <em>spitzenkandidaten</em>, e incluso ha sugerido el nombre de la actual canciller alemana, <strong>Angela Merkel</strong>, quien también figura en las quinielas de la Presidencia del Consejo. Otro nombre que se ha barajado es el del negociador jefe de la UE para el <em>Brexit</em>, <strong>el francés Michel Barnier</strong>. De momento parece poco claro que Sánchez consiga, o siquiera intente, colocar a algún español entre los cuatro altos cargos que va a renovar la UE. Uno de esos cargos es el de alto representante para Política Exterior y de Seguridad, que es, precisamente, el último que ha ocupado un español nada menos que desde 2004, concretamente <strong>Javier Solana.</strong> Probablemente, Pedro Sánchez intentará aprovechar su preeminencia entre la familia socialista europea para introducir nombres españoles en el seno de la propia Comisión Europea. <strong>El objetivo de España es alcanzar alguna Vicepresidencia</strong> y sus principales bazas podrían ser <strong>los ministros en funciones de Asuntos Exteriores, Josep Borrell; Economía, Nadia Calviño; Agricultura, Luis Planas; y Transición Ecológica, Teresa Ribera. </strong> El nombre de Borrell llegó a circular como posible nuevo alto representante para Política Exterior y de Seguridad, pero no parece la opción más agradable para el actual ministro en funciones, quien se vería obligado a realizar demasiados viajes a sus 72 años. El Gobierno de Sánchez podría estar más interesado en situarlo en alguna Vicepresidencia e incluso algunas fuentes han apuntado a la posibilidad de que, en caso de no conseguirlo, continúe en el Ejecutivo, como ministro de Asuntos Exteriores o en cualquier otro departamento.