Juan David Latorre
Miek Calcoen Declercq, esposa del embajador belga, Marc Calcoen, presentó el pasado martes un libro acerca del Palacete del Marqués de Rafal, con motivo del centenario del palacete (1919-2019), el 70 aniversario de la residencia como Patrimonio del Estado belga (1950-2020) y la jubilación de la trabajadora de la residencia Pastora Celemín Andal, tras 40 años al servicio de 12 embajadores, entre otras efemérides.
La obra recoge los recuerdos escritos y los testimonios fotográficos de los moradores de esta maravillosa residencia, contribuyendo al renombre del Reino de Bélgica y a las buenas relaciones belgo-españolas.
Situado en el barrio de Salamanca, el palacete, sede de la Embajada de Bélgica en España desde 1950, es un edificio elegante y luminoso y monumental que sigue un diseño clasicista y neobarroco francés. Entre 1913 y 1914, Alfonso de Pardo y Manuel de Villa, XIV marqués de Rafal, hijo de un acaudalado propietario vasco y de la IX condesa de Vía Manuel, descendiente directa del infante don Manuel de Castilla, compró cuatro terrenos al Ayuntamiento de Madrid y a varios particulares para construir su residencia palaciega. Las obras comenzaron en 1914, dándose por concluidas en 1919 con las indicaciones del arquitecto Luis Sainz de los Terreros.