<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>El pleno del Ayuntamiento de Barcelona rechazó ayer por amplia mayoría</strong> <strong>la decisión de la alcaldesa, Ada Colau, de romper de romper el hermanamiento con Tel Aviv y las relaciones con el Estado de Israel. </strong></h4> <strong>“El Plenario del Consejo Municipal del Ayuntamiento de Barcelona acuerda que, de manera urgente e inmediata, el gobierno municipal restablezca las relaciones con el Estado de Israel y el hermanamiento de Barcelona con las ciudades de Tel-Aviv y Gaza”</strong>, se lee en el texto, aprobado en un pleno extraordinario con los votos favorables de Junts per Catalunya, PSC, Ciudadanos, PP, Valents y una concejala no adscrita, y con la abstención de ERC y el voto en contra de BComú, la formación de Colau. Varias organizaciones judías asistieron a la votación desde la tribuna. Precisamente, <strong>la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE) </strong>felicitó ayer “a los ciudadanos de Barcelona” y a los grupos políticos del Ayuntamiento de Barcelona por el rechazo en el pleno del “decreto unilateral de ruptura con Tel Aviv e Israel impuesto por la alcaldesa Ada Colau”. Los representantes de Barcelona, prosiguió, “han demostrado sensatez y querer lo mejor para la ciudad, siendo ejemplo de metrópoli abierta, hospitalaria y libre en un marco universal y no excluyente”. “La ruptura del hermanamiento culmina la trayectoria de ‘antisemitismo sofisticado’ del grupo municipal de la alcaldesa Colau”, añadió la FCJE. <strong>El Ayuntamiento de Barcelona suspendió el pasado 8 de febrero las relaciones institucionales con el Estado de Israel y todas las instituciones oficiales del país, incluido el hermanamiento con la ciudad de Tel Aviv</strong>, después de reunirse con las entidades impulsoras de la iniciativa ciudadana <em>Barcelona con el Apartheid no, Barcelona con los derechos humanos sí</em>, de apoyo al pueblo palestino, que había recogido más de 4.000 firmas. Según Colau, la decisión “no es en ningún caso una discriminación contra la población judía, es la crítica a un gobierno, no a un pueblo ni a una religión”. El Ayuntamiento de Barcelona se hermanó con Tel-Aviv y Gaza en 1998, pocos años después de la firma de los Acuerdos de Oslo (1994), que debían llevar la paz a la región. Durante el debate de ayer, Ada Colau criticó las acusaciones de “antisemitismo” y aseguró que “Barcelona es una ciudad comprometida con su comunidad judía”. “Asumo la responsabilidad personalmente de suspender estas relaciones, igual que lo he asumido con San Petersburgo”, pero “no se puede callar ante el apartheid”, manifestó. Por su parte, la teniente de alcalde de Derechos Sociales, Laura Pérez, de BComú, advirtió de que la suspensión de relaciones entre Barcelona e Israel se mantendrá hasta que termine el apartheid, por “coherencia” y porque “la represión del pueblo palestino ya no admite el silencio”. La votación de ayer en el pleno no es vinculante. En un sentido muy diferente, la también teniente de alcalde Laia Bonet, líder del PSC, instó a “censurar la decisión unilateral de la alcaldesa”, lamentó que se decidiera la ruptura mediante decreto porque “no había mayoría en el consejo municipal” y aseguró que el motivo de Colau para romper las relaciones con Israel es “que se acercan elecciones, y ningún otro”.