<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>Pedro Sánchez tiene ante sí una semana clave tanto a nivel interno -donde ha de dirigir la política de pactos de su partido y buscar apoyos para la sesión de investidura- como europeo -donde busca lograr un mayor peso para España en los altos cargos de las instituciones europeas-.</strong></h4> Por un lado, Sánchez acudirá este jueves al Palacio de la Zarzuela, para conversar con Su Majestad el Rey dentro de la ronda de contactos de Don Felipe con las formaciones políticas parlamentarias, que previsiblemente desembocarán en el encargo al actual presidente del Gobierno en funciones de intentar formar un nuevo Ejecutivo. Por otro, ese mismo jueves, poco después de regresar de Zarzuela, recibirá, en el Palacio de la Moncloa, al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y lo hará enfundado ya en su traje de negociador en nombre de los socialistas europeos para buscar un equilibrio en el reparto de los altos puestos directivos que han de ser renovados: la propia Presidencia del Consejo, la Presidencia de la Comisión Europea y la composición del órgano ejecutivo de la Unión; la Presidencia de la Eurocámara y el cargo de Alto Representante de la UE para la Política Exterior. El viernes, Sánchez se desplazará a Bruselas, en concreto a la residencia del primer ministro belga, Charles Michel, donde van a encontrarse en una cena los jefes de Gobierno a quienes sus distintas familias políticas han encargado los sondeos para tratar de sacar el mejor resultado posible en la distribución de los puestos directivos. Junto a Sánchez estará, por los socialdemócratas europeos, el primer ministro portugués, Antonio Costa. Por los liberales, además de Michel, su colega holandés, Mark Rutte. Y por los populares, los primeros ministros de Letonia, Arturs Karins, y Croacia, Andrej Plenkovic. Karins y Plenkovic se incorporan así a unas negociaciones que socialistas y liberales han estado desarrollando -liderados por Sánchez y el presidente francés, Emmanuel Macron-, en un afán de evitar que los populares, que son aún los más votados en el Parlamento Europeo, vuelvan a hacerse con la mayoría de los altos cargos a cubrir, como ha sucedido en los últimos cinco años. El objetivo de los socialistas parece ser el de colocar al holandés Frans Timmermans al frente de la Comisión Europea, aunque para eso hayan de ceder a los populares la Presidencia del Consejo Europeo, un puesto para el que algunos apuntan como candidata a la actual canciller alemana, Ángela Merkel. El Gobierno español parece tener puestas sus aspiraciones en una Vicepresidencia de la Comisión Europea, con unas competencias muy reforzadas desde el punto de vista político y económico. Y ahí cuenta con algunas bazas como el ministro de Exteriores en funciones, Josep Borrell; la ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño; o el titular de Agricultura en funciones, Luis Planas. Las conversaciones informales que se vienen manteniendo desde que se conocieron los resultados de las elecciones europeas, deberían desembocar en un consenso para el reparto institucional en el Consejo Europeo, que se celebra los próximos 20 y 21 de junio, aunque posiblemente dejando la negociación de la Presidencia del Banco Central Europeo para hacerla aparte, tratando de darle un contenido más técnico que político.