<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>La Embajada de Rumanía en España defendió ayer una Europa “más cohesionada, más solidaria y más fuerte” en el marco de un debate sobre el futuro de la UE organizado conjuntamente con la Escuela Diplomática y el Real Instituto Elcano.</strong></h4> Durante la presentación del acto, la <strong>embajadora rumana, Gabriela Dancau</strong>, recordó las líneas generales de la Presidencia rumana del Consejo de la UE e hizo una mención especial a la próxima celebración de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE, que tendrá lugar el 9 de mayo en la ciudad rumana de Sibiu y que, con toda probabilidad, será la primera que se celebre sin el Reino Unido. <strong>“Sólo juntos podemos construir una Europa con más cohesión, más solidaria y más fuerte”</strong>, manifestó. En el mismo acto, que fue presentado por el director de la Escuela Diplomática, <strong>Fernando Fernández- Arias Minuesa</strong>, el exministro de Asuntos Exteriores <strong>Josep Piqué</strong> advirtió de que, en el actual contexto de “desorden internacional”, marcado por el “repliegue anglosajón” y por el auge de una nueva época “post-occidental en la que el centro de gravedad se ha trasladado al Estrecho de Malaca, Europa tiene la obligación de reforzar su proyecto político y su papel como actor internacional. <strong>“La UE tiene las condiciones para ser una gran potencia, pero carece de ambición, claridad política y un liderazgo fuerte"</strong>, lamentó. No obstante, advirtió, ese liderazgo debe ser conjunto, porque conjuntamente, porque, por separado, “los países europeos serán cada vez más irrelevantes”. <strong>“En Europa hay dos clases de países: los que son pequeños y lo saben y los que todavía no han querido asumir que son pequeños, como Alemania, Francia, España, Reino Unido o Italia”</strong>, advirtió. Por ello, “el futuro de estos países, y también el de España, debe estar intrínsecamente ligado al futuro proyecto político de Europa, porque la lucha por Europa es también la lucha por la democracia y la libertad en los países de Europa”. “La idea de Europa es absolutamente inseparable de la defensa de la democracia y la libertad”, y, por tanto, “cualquier retroceso en la idea de Europa es un retroceso en la democracia”, declaró el que fuera ministro de Asuntos Exteriores durante la primera legislatura de José María Aznar. <strong>“A la democracia hay que regarla todos los días y al proyecto europeo también hay que regarlo todos los días”</strong>, añadió. Por su parte, <strong>Lazar Comanescu, ex ministro de Asuntos Exteriores de Rumanía</strong> y antiguo embajador de su país ante la UE y la OTAN, aseguró que, “a pesar de sus altibajos, la UE ha demostrado que es un magnífico ejemplo de éxito y que no hay alternativa para el futuro que una Europa más fuerte e integrada”. No obstante, lamentó, <strong>“los Estados miembros tienen muy poca visión a largo plazo, los políticos están demasiado centrados en los ciclos electorales</strong> y falta una comunicación adecuada sobre lo que es la UE”. Esas carencias contribuyen a difundir el mensaje de que “los buenos somos nosotros y los malos son los de Bruselas”, lo cual se traduce en el “resurgimiento de los soberanismos” y en <strong>“el comportamiento adolescente de algunos Estados miembros nuevos, como Rumanía”</strong>, admitió.