<h6><strong>Luis Ayllón</strong></h6> La confirmación de que<strong> Josep Borrell</strong> será, de nuevo, el cabeza de lista del PSOE a las <strong>elecciones al Parlamento Europeo</strong> abre la i<strong>ncógnita de si el ministro de Asuntos Exteriores seguirá en su puesto</strong> hasta la celebración de los comicios del 26 de mayo. Según le cuentan a <em>The Diplomat</em>, Borrell, a quien<strong> Pedro Sánchez</strong> siempre apuntó como candidato y que habría aceptado finalmente el pasado lunes su oferta, ya <strong>ha mantenido conversaciones</strong> con el presidente del Gobierno sobre el asunto de su futuro inmediato, sopesando los pros y los contras de permanecer al frente del Palacio de Santa Cruz. Legalmente, no hay nada que impida a Borrell seguir como ministro hasta que se celebren las elecciones a la Eurocámara, pero políticamente una decisión en ese sentido sería duramente criticada por los partidos de la oposición, que le acusarían fácilmente de hacer electoralismo con su actividad de ministro. Para el PP, por ejemplo, sería sencillo recordarle que el actual comisario europeo de Energía y Cambio Climático, <strong>Miguel Arias-Cañete</strong>, dejó en 2014 su puesto de ministro de Agricultura con varias semanas de antelación para ser precisamente el cabeza de lista a las elecciones al Parlamento Europeo del 25 de mayo de aquel año. También se le plantearía a Borrell el problema de tener que optar entre centrarse en la campaña electoral o atender sus actividades como titular de Asuntos Exteriores, que incluyen numerosos viajes y citas internacionales. El problema al que se enfrenta el presidente del Gobierno es que, si se decide que Borrell presente su dimisión, por ejemplo, a partir del 17 de marzo, fecha en que se harán oficiales las candidaturas socialistas a los comicios de abril y de mayo, se vería ante el dilema de nombrar un sustituto para unos pocos meses o hacer que alguien de su Gabinete asumiera las competencias de Asuntos Exteriores. En este último caso, fuentes solventes consultadas por <em>The Diplomat</em> indicaron que una opción sería que <strong>el propio jefe del Ejecutivo fuera quien se ocupara de la cartera de Exteriores</strong>. Menos probable sería que lo hiciera la vicepresidenta o alguno de los ministros, al tratarse de unas competencias que requieran bastante dedicación y tiempo, entre otras cosas, por los viajes al extranjero. En cualquier caso, se da por sentado que Borrell, a pocas fechas de cumplir 72 años, aceptó encabezar la lista del PSOE al Parlamento Europeo, no con la intención de permanecer cinco años en la Eurocámara, de la que ya fue presidente entre 2004 y 2007, sino con el objetivo de ser el representante de España en el Colegio de Comisarios europeos.¡, siempre, naturalmente, que los socialistas continúen gobernando en España. Algunas fuentes apuntan a que una de sus metas podría ser obtener una vicepresidencia de la Comisión Europea, algo que dependería de cuál fuera finalmente el equilibrio de fuerzas en el Parlamento Europeo.