The Diplomat
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha aprovechado su viaje a México para agradecer a este país por la acogida de exilados tras la Guerra Civil y para afirmar, en alusión a Venezuela, que «ningún gobernante tiene legitimidad si sus ciudadanos se ven obligados a marcharse de su país».
Sánchez llegó ayer a México en la que ha supuesto la primera visita oficial de un mandatario extranjero desde la llegada a la Presidencia de Andrés Manuel López Obrador. Durante el encuentro entre ambos, el jefe del Ejecutivo español trasladó al dirigente mexicano la necesidad de colaborar “juntos” en la creación de “una alternativa creíble y eficaz a los proyectos xenófobos y excluyentes que apelan al miedo para limitar derechos y frenar el progreso de las sociedades iberoamericanas«.
Asimismo, los dos presidentes intercambiaron impresiones sobre la situación regional, en particular sobre Venezuela y Nicaragua y el desafío migratorio en América Central, y adoptaron una Declaración Conjunta que recoge los elementos más relevantes de la relación estratégica entre España y México, y una declaración sobre la participación de España en el Plan de Desarrollo Integral para Centroamérica.
Posteriormente, Sánchez participó en las conmemoraciones del 80 aniversario del exilio español, cuyo acto central tuvo lugar en el Colegio de México, una institución creada por el Gobierno mexicano en 1938 para acoger a investigadores e intelectuales españoles leales a la República.
Durante su intervención, el presidente del Gobierno expresó el «profundo agradecimiento y reconocimiento de la sociedad española» a la generosidad de México y del Gobierno de Lázaro Cárdenas con los alrededor de 25.000 españoles que huyeron de España a este país tras la Guerra Civil.
«No se me ocurre condena más terrible para un ser humano que abandonar tu familia, tus amigos, tu propia lengua, toda tu identidad. El exilio es abominable siempre, aunque gracias a él se hayan escrito algunos de los versos más hermosos”, manifestó.
Aparte, Sánchez hizo mención a los exiliados del mundo de hoy, «los migrantes que huyen de la miseria, de la persecución y la violencia y recordemos que eso fue, en algún momento, lo que les pasó a los españoles en 1939”, y recordó a los migrantes centroamericanos y a los desplazados como consecuencia de la actual crisis política en Venezuela. “Ningún gobernante tiene legitimidad si sus ciudadanos se ven obligados a marcharse de su país», declaró.