<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>La llegada de López Obrador a la Presidencia no supondrá un giro radical en la política exterior de México, ni con Trump ni con Maduro, según varios expertos.</strong></h4> <strong> </strong> Andrés Manuel López Obrador será “un presidente pragmático y dialogante, sobre todo en política exterior, donde tiene menor margen de maniobra”, explicó <strong>Susanne Gratius</strong>, profesora de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Madrid, en el curso del debate <em>México: ¿un sexenio de cambio?,</em> organizado el pasado miércoles por el <strong>Real Instituto Elcano y la Fundación Botín.</strong> “El destino de cualquier presidente de México es tener buenas relaciones con Estados Unidos, que es un socio estratégico para México en los temas de seguridad e inmigración y al que va el 80% de las exportaciones de México”, advirtió. Por tanto, “en la relación con Estados Unidos va a haber continuidad dentro del desencuentro” y la única “gran controversia entre los presidentes va a ser en el tema de inmigración, en el que son polos opuestos”, prosiguió. En cuanto a la UE, aunque se haya logrado actualizar el acurdo de libre comercio, “el comercio con Europa sólo es el 6%, un porcentaje ínfimo”, advirtió la experta, quien recordó, en todo caso, que <strong>México sigue siendo “el principal socio comercial de España en América Latina</strong>”. En el plano regional, afirmó Gratius, “todos los presidentes de México han tenido siempre el típico discurso de insertar al país en América Latina”, pero López Obrador deberá decidir “qué América Latina elige, la del eje del ALBA, con varios presidentes autoritarios y Bolivia; la de los conservadores de derechas, como Argentina, Colombia o Brasil; o la de presidentes más moderados, como Ecuador o Paraguay". <strong>“No hay que descartar de la boquita de Trump un tuit sobre violadores mexicanos”</strong> <strong>“Me temo que el grado de activismo de la política exterior de México va a ser muy limitado”</strong>, afirmó, por su parte, <strong>Carlos Malamud</strong>, investigador principal, Real Instituto Elcano. “De momento, <strong>Donald Trump y él van de la mano</strong>, pero en 2020 Trump se juega la reelección y no hay que descartar que de una boquita como la del presidente de Estados Unidos salga algún nuevo tuit recordando a los violadores mexicanos”. Según Malamud, el porcentaje del 6% de exportaciones a UE, “en términos relativos, no está tan mal, teniendo en cuenta el gran centro de atracción que es Estados Unidos para la economía mexicana. Podría ser mayor, pero las cadenas de valor están integradas y la frontera entre Estados Unidos y México funciona como funciona”. Por tanto, no es previsible que el nuevo presidente perjudique a los intereses europeos. <strong>“El Gobierno de López Obrador mantendrá y cuidará las relaciones con las empresas españolas</strong>, además de que revertir la asignación de convenios y contratos tendría un coste económico muy elevado para el propio gobierno”, explicó. <strong>“La presencia de Maduro en la toma de posesión cayó muy mal en México”</strong> En el mismo acto, el mexicano <strong>Raúl Cardoso</strong>, director general, Prisma Integral Gestión, advirtió de que López Obrador mantendrá una política exterior “tranquila”, ya que su principal objetivo es <strong>“concentrarse fundamentalmente en los temas de México y dejarle la política exterior al canciller Marcelo Ebrard</strong>, un hombre con muy buena experiencia y mucho mundo”. Los mayores problemas podrían presentarse en 2020, con motivo de la campaña de reelección de Trump. “La cosa se va a poner muy difícil en las relaciones bilaterales con Estados Unidos, por el tema de la caravana centroamericana o por el nuevo tratado de libre comercio, ya que la nueva mayoría demócrata en el Congreso va a pedir cambios y López Obrador jugó un papel muy activo en las negociaciones”, explicó. El <strong>T-MEC</strong> (el nuevo Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá que sustituye al Nafta) fue firmado el pasado 30 de noviembre por los tres países durante la cumbre del G20 en Buenos Aires (justo un día antes de la toma de posesión de López Obrador), pero el nuevo acuerdo comercial aún requerirá la aprobación del nuevo Congreso de Estados Unidos y los demócratas ya han advertido de que pedirán cambios antes de dar su apoyo. En cuanto a las relaciones con América Latina, Cardoso afirmó que López Obrador -y sobre todo Marcelo Ebrard- "manejará con más cuidado y con más distancia" las relaciones con "los gobiernos ultraizquierdosos”. <strong>“En México cayó muy mal la presencia de presidente venezolano, Nicolás Maduro, en la toma de posesión”</strong> y, aunque va a "concentrar su prioridad" en Centroamérica, "<strong>las relaciones con Nicaragua se mantendrán con ciertos matices y no creo que esté totalmente abierto a apoyar al presidente Andrés Ortega</strong>”, estimó.