<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>Tres antiguos ministros de Asuntos Exteriores destacaron ayer, en el contexto del 40 aniversario de la Constitución, la importancia del consenso como instrumento para una política exterior “de Estado”.</strong></h4> <strong> </strong> <strong>“El Gobierno de UCD de Adolfo Suárez siempre tuvo el apoyo completo en política exterior del PSOE, de los comunistas y de AP (el actual PP), pero sobre todo mantuvo una concertación completa con Felipe González”,</strong> recordó <strong>Marcelino Oreja, ministro de Asuntos Exteriores entre 1976 y 1980</strong>, en el curso de la mesa redonda de presentación del estudio <a href="http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano_es/actividad?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/elcano/elcano_es/calendario/actividades/40-anos-politica-exterior-en-democracia-opinion-publica-espanola"><strong><em>40 años de política exterior en democracia. La opinión pública española</em></strong></a>, organizada por el <strong>Real Instituto Elcano en la Sala Constitucional del Congreso de los Diputados </strong>y al que asistieron los embajadores de Ucrania, Chile, Irlanda, Cuba, Francia, Qatar, Moldavia, Honduras, Indonesia, República Checa, Albania, Colombia y Perú. Según Oreja, los primeros años de la Transición en política exterior estuvieron marcados desde el principio por dos discursos del <strong>Rey Juan Carlos I,</strong> el de su coronación en las Cortes, en el que afirmó que “Europa deberá contar con España y los españoles somos europeos”, y el que pronunció ante el Congreso de EEUU en junio de 1976, “que dudo que conociera el presidente del Gobierno (Carlos Arias Navarro)” y en el que expresó el “compromiso democrático de España”. “Fue un éxito total en el foro democrático más importante del mundo”, añadió el ex ministro. Como ministro de Adolfo Suárez, aseguró, uno de sus objetivos fue <strong>“la defensa de los derechos humanos”</strong>, una “cuestión capital” que se plasmó en la firma del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y en la ratificación de los convenios de la OIT sobre derechos sindicales. Otro reto fue el acercamiento a <strong>Europa</strong>, con la apertura de las negociaciones con Bruselas para entrar en el entonces Mercado Común Europeo actual UE, que comenzaron con “gran entusiasmo” y dieron paso a “una etapa muy difícil de negociaciones”, y con el ingreso en el Consejo de Europa, “uno de los actos más emocionantes que recuerdo”. Según Marcelino Oreja, su “<strong>único punto de discrepancia con Suárez”</strong> estuvo relacionado con la resistencia del presidente del Gobierno a <strong>“dar un paso en relación con la OTAN</strong>, probablemente por su relación con el PSOE, que se oponía totalmente”. “Luego el PSOE dio el paso desde el gobierno, venturosamente”, admitió. “Aquello facilitó mi salida del Gobierno, después de cuatro años magníficos con Suárez”, concluyó. <h5><strong>Josep Piqué</strong></h5> <strong>“La política exterior se construye paso a paso, por eso es tan importante el consenso”</strong>, declaró en el mismo acto <strong>Josep Piqué, ministro de Asuntos Exteriores entre 2000 y 2002</strong>, quien recordó que, durante su etapa, aún se arrastraban “inercias” en una política exterior basada en <strong>“tres ejes, Europa, Mediterráneo e Iberoamérica, tres áreas de interés objetivo para España derivadas de su geografía y su historia”.</strong> No obstante, durante su mandato se pusieron en marcha otras vías de actuación, como el acercamiento hacia <strong>Asia y Pacífico</strong>, con el primer Plan Pacífico y la apertura de Casa Asia, o la <strong>“fuerte apuesta por el vínculo atlántico”,</strong> con especial mención al fortalecimiento de las relaciones con Estados Unidos en todos los ámbitos, entre ellos el de la lucha contra el terrorismo. <strong>“La lucha contra el terrorismo no entró en la agenda global hasta los atentados del 11 de septiembre de 2001”</strong>, aunque “no era el caso de España, que tanto había sufrido el terrorismo”, recordó. Según Piqué, durante su mandato <strong>“Europa estaba en un momento dulce, con quince países muy ilusionados con la ampliación hacia el este”</strong>. “Europa se veía como un proyecto lineal y ascendente, sin retroceso, inexorablemente destinado a ir a más, de ahí las consecuencias del <em>Brexit</em> para la idea de Europa, que nos ha descubierto que la historia puede retroceder y que a Europa hay que regarla todos los días, como a la democracia”, prosiguió el ex ministro. <strong>“Para España es absolutamente vital que Europa se profundice y sea cada vez más sólida”</strong>, advirtió. “Una Europa sólida y unida es imprescindible para el porvenir de España” y, por ello, “es necesario votar en las próximas elecciones europeas, las más importantes en mucho tiempo, porque igual nos encontramos con un Parlamento Europeo no europeísta”. <h5><strong>Trinidad Jiménez</strong></h5> Por su parte, <strong>Trinidad Jiménez, ministra de Exteriores entre 2010 y 2011</strong>, advirtió de que, “por encima de todo, <strong>la política exterior tiene que ser una política de Estado”.</strong> “No siempre lo ha sido y todos tenemos nuestra responsabilidad en que no siempre haya sido así”, reconoció. Según Jiménez, “más allá de la inmediatez y la fragilidad de la política internacional actual”, los ejes fundamentales de la política exterior española siguen siendo los mismos. “Permanece la importancia de las relaciones con la <strong>Unión Europea</strong>, que es, afortunadamente, un elemento central de nuestras relaciones internacionales, porque en la UE es donde estamos incardinados y donde hemos construido nuestra democracia”, afirmó. Otro eje es la relación con <strong>América Latina</strong>, “no sólo por historia, sino porque es parte de nuestra alma, porque no se puede entender España sin América Latina y porque es en América Latina donde España tiene un valor diferencial en el mundo". “Antes de ser nombrada ministra, como secretaria de Estado para Iberoamérica, me tocó fortalecer las relaciones con América Latina basadas en la simetría y la igualdad”, recordó. En cuanto a las relaciones con el <strong>Mediterráneo</strong>, Jiménez recordó también que su mandato coincidió con las Primaveras Árabes y con la necesidad de “reconstruir las relaciones con nuestros vecinos”, en particular con Marruecos. Asimismo, prosiguió, su antecesor en el cargo, Miguel Ángel Moratinos, “centró mucho su política exterior hacia <strong>África Subsahariana</strong> a causa de la presión migratoria y se empezó a cooperar y a implantar un modelo de cooperación diferente”.