Grynspan y De Laiglesia durante el evento./ Foto: Casa de América
Eduardo González. 09/11/2018
Juan Pablo de Laiglesia y Rebeca Grynspan destacaron ayer, a solo una semana de su celebración, que la XXVI Cumbre Iberoamericana será «una oportunidad para el diálogo político».
“La cumbre de La Antigua de Guatemala es particularmente importante por el momento en que llega y por su contenido”, explicó el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe durante el acto, celebrado en la sede de Casa de América en Madrid. “El hecho de que se centre en la Agenda 2030 es un acierto y una manifestación del compromiso de la comunidad iberoamericana con el progreso y la sostenibilidad”, prosiguió.
En este sentido, De Laiglesia destacó “varios elementos particularmente importantes” en materia de cooperación que se van a abordar durante la Cumbre, como el enfoque simétrico en la toma de decisiones y en la financiación de los programas, el “importante papel de las comunidades indígenas y afrodescendientes en los planes nacionales de desarrollo”, la cooperación contra el cambio climático (reflejada en el Observatorio para el Cambio Climático de La Rábida, creado por la Junta de Andalucía, la SEGIB y la propia Secretaría de Estado), la transversalidad de las políticas de género y el fomento del “espacio iberoamericano del conocimiento” y de la movilidad de talentos.
Juan Pablo de Laiglesia recordó también que la Cumbre llega en un momento en que “los mecanismos de cooperación política están sufriendo una crisis y en que el continente vive una polaridad que dificulta el diálogo político”.
Por ello, la Cumbre, aunque “su prioridad es la cooperación y no tiene agenda política”, puede ser una buena oportunidad para que “jefes de Estado que, al margen de la ONU, no han tenido ocasión de verse en los últimos doce meses” puedan reunirse y conversar entre ellos. “La historia nos dice que son discusiones vivas, apasionadas a veces, con unas palabras más altas que otras, pero que se traducen en resultados”, afirmó. “Habrá diálogo político, aunque no esté en la agenda”, añadió.
“Vamos a tener una Cumbre sustantiva, interesante y exitosa”
En el mismo sentido, la secretaria general iberoamericana destacó que la Cumbre de La Antigua va a ser “la primera vez que se van a encontrar todos los jefes de Estado después de esta serie de cambios políticos y de resultados electorales en la región” y va a ser, por tanto, “una oportunidad para el diálogo y el encuentro”. “Vamos a tener una Cumbre sustantiva, interesante y exitosa”, agregó.
Desde la última Cumbre de Cartagena de Indias (octubre de 2016) se han celebrado elecciones presidenciales en Nicaragua, Ecuador, Chile, Costa Rica, Venezuela, Colombia, Paraguay, México y Brasil y, sólo en 2018, se han registrado vuelcos políticos muy relevantes en las Presidencias de Ecuador, Colombia, México y Brasil, aparte del cambio de Gobierno en España.
Según Grynspan, los países iberoamericanos llegan a esta Cumbre “con las tareas cumplidas” respecto al mandato de la Cumbre de Cartagena.
Ejemplos de ello, explicó, son el citado Observatorio de La Rábida, la plataforma iberoamericana de movilidad (que derivará en la firma de un programa de la Fundación Carolina, apoyado por España, para dotar con un millón de euros en becas a la movilidad científica, con énfasis en el enfoque de género), la transversalidad en el enfoque de género (“vamos a comprometer a los jefes de Estado con la eliminación de todas las leyes que obstaculizan el empoderamiento económico de las mujeres”) o el primer programa iberoamericano para personas discapacitadas.
Según Rebeca Grynspan, “América Latina y los países que nos acompañan de la península Ibérica no son los mismos de 1991”, cuando se celebró la primera Cumbre Iberoamericana. “El PIB se ha cuadruplicado en América Latina y ha habido progresos notables que exigen una relación más simétrica y horizontal”, explicó. “España ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos y ha sabido responder a esa nueva realidad. No es fácil tener esa flexibilidad”, concluyó.