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José Antonio García Belaúnde / Embajador de Perú
Alberto Rubio. 20/09/2018
Fue ministro de Asuntos Exteriores en la etapa en la que Perú se lanzó a su ‘puesta de largo’ internacional y a la apertura de su economía. José Antonio García Belaúnde llegó a Madrid en 2017 y afirma que “es fácil ser embajador de Perú en España”.
¿Por qué lo dice?
Más allá de nuestra historia compartida, lo cierto es que en los últimos años hemos desarrollado intereses comunes muy fuertes. No sólo las grandes inversiones españolas en Perú, como Telefónica o BBVA, sino que a partir de la crisis llegó mucha inversión de pequeñas y medianas empresas para salvarse de la crisis. Y les fue bien. En un momento dado había sesenta mil españoles en Lima, lo que generó una corriente de opinión muy favorable. Y eso se transmitió inmediatamente aquí. Por eso hay una predisposición muy favorable hacia Perú, por la experiencia de tantos españoles vinculados con mi país.
Perú ha cambiado mucho. Me temo que ya no le puedo preguntar ‘¿en qué momento se jodió el Perú?’.
Creo que, afortunadamente, ya no (risas). Hasta el año 2000 vivimos oscilando, tanto económica como políticamente, de dictaduras a democracias, y en economía también dimos bandazos. Desde entonces, por primera vez en nuestra historia, hemos tenido cuatro gobiernos seguidos elegidos democráticamente y dieciocho años de crecimiento sostenido de la economía.
¿Es un proceso irreversible?
Yo creo que sí.
Durante su etapa como ministro, Perú creció en su política exterior. ¿De cual de aquellos logros se siente más satisfecho?
Es muy difícil establecer prioridades. La Alianza del Pacífico, el TLC con Estados Unidos y el Acuerdo de Libre Comercio con la UE, responden al mismo criterio: insertarnos en la economía internacional de manera competitiva. Y esos tres tratados, y el que tenemos con China, son obligaciones internacionales que no sólo implican acceso a mercados sino también ciertas disciplinas, mantener una economía abierta al mundo, ser más competitivos y generar más empleos y mayores servicios.
¿Confía en que el TLC con Estados Unidos se mantenga en los términos actuales?
Estados Unidos empezó firmando un TLC con México y Canadá. Luego lanzó la Iniciativa de las Américas, que la hicieron fracasar Brasil y Argentina en los 90, pero se generaron otros TLC, con Chile, Perú, Colombia y con Centroamérica. No creo que esos TLC corran peligro. Si limpiamos un poco la hojarasca, la retórica, veremos que todo tiene que ver con la percepción de que ciertos compromisos adoptados son una amenaza a la industria y al empleo en Estados Unidos. Por eso México, Canadá y eventualmente Europa pueden ser víctimas de decisiones así. Países como los nuestros no suponen una amenaza.
¿Qué tal funciona el Acuerdo de Libre Comercio con la UE?
Está funcionando muy bien. Ha crecido mucho nuestro comercio. Nosotros estamos satisfechos.
Querría destacar el papel fundamental que jugó España para sacar adelante el Acuerdo, ya que Ecuador y Bolivia no estaban dispuestos a firmarlo. El Gobierno de Zapatero y la comisaria europea Benita Ferrero-Waldner lograron negociar los cambios para que Perú y Colombia pudiéramos seguir avanzado.
¿El bloque bolivariano le ha hecho daño a América Latina?
No creo que se pueda decir así. Creo que estaban equivocados en términos comerciales. Hicieron del libre comercio un anatema y crearon el ALBA, que fue un instrumento político más que económico. Querían una especie de comercio administrado. La diferencia es que el libre comercio permite vender lo que no se vendía y el comercio administrado trata de asegurar que se seguirá vendiendo lo que ya se está vendiendo. Son dos percepciones distintas. En un momento dado fue muy claro que en América Latina había dos opciones: una abierta al mundo y otra cerrada, proteccionista, la de los países bolivarianos. Hubo cierta tensión, yo lo llamaría una especie de ‘guerra fría’ de baja intensidad. Pero eso se superó. Y finalmente, a los que apostamos por la inserción en el mundo nos fue mejor económicamente que a aquellos que se redujeron a estos esquemas proteccionistas, que ya existían anteriormente y que ya en el pasado habían fracasado.
¿Cómo ve la crisis en Venezuela?
Hoy por hoy el problema es humanitario. Y en él están involucrados al menos tres países: Colombia, que es la que recibe más inmigrantes (más de 1 millón); Perú, donde han llegado en el último año más de 400.000; y Ecuador. Aparentemente Brasil también. Hay que ver cómo se maneja este problema, pero es una realidad que no se puede ignorar.
¿Quizá sólo la ignora el Gobierno venezolano?
Exactamente. El señor Cabello ha dicho que es una moda.
Una curiosa moda, ¿no?
Así es. No creo que un millón de personas se hayan lanzado a hacer ‘trekking’.
¿Qué pueden hacer los organismos multilaterales?
Descartemos la Alianza del Pacífico, que es un esquema de integración económica sin responsabilidades políticas. Quedan la OEA, la CELAC y otros organismos regionales. Sólo pueden insistir en promover un diálogo para solucionar primero lo más grave: la crisis humanitaria. Después, no nos engañemos, hay una crisis política. Hay que insistir en pedir al gobierno venezolano que afronte la crisis. Y hay que facilitar el diálogo entre las partes, con actores internacionales.
¿Puede esa crisis traspasar las fronteras, como una epidemia?
Buenos, las crisis son epidémicas si usted tiene las defensas bajas. No creo que Colombia ni Perú tengan las defensas bajas.
¿Prevé que en la Cumbre de Antigua haya alguna referencia a esta crisis?
Sí, supongo que sí. No sé cómo están trabajando los temas. Habrá que esperar.
¿Qué nos falta o nos sobra en las relaciones bilaterales hispano-peruanas?
Nos sobra voluntad.
Eso es bueno, ¿no?
Sí, por supuesto. Creo que nos falta una mayor presencia económica de Perú acá. Nuestras empresas han comenzado a internacionalizarse, pero lo han hecho fundamentalmente en la región. En Chile, Bolivia, Ecuador, Colombia, incluso en Miami y Malasia. En España hay un par de empresas, pero podría haber muchas más.
¿Qué planes tienen para promocionar a Perú en España?
Perú será el país invitado de ARCO el año próximo y tendremos una importante presencia artística. Vendrán una exposición de la cultura Nazca a Telefónica; otra de fotografía peruana a Casa América; y una más, sobre Arte Amazónico Peruano, al Matadero. Y se exhibirá en el Museo del Prado una muestra de pintura virreinal.
La cultura es diplomacia también.
Es una vía muy importante. Además, Perú tiene aquí tres embajadores de lujo: Mario Vargas Llosa, Andrés Roca Rey y Juan Diego Flores. Podemos decir, como antaño, que valen un Perú.