The Diplomat. 23/07/2018
El pequeño archipiélago caribeño de Antigua y Barbuda, que cuenta con menos de 100.000 habitantes y en el este año había censados 11 españoles, ha decidido abrir su primera Embajada residente en España, a cuyo frente ha colocado al diplomático Dario Item.
España estableció relaciones diplomáticas con Antigua y Barbuda en 1988, así que este año se cumplen 30 años de dicha efeméride. La Embajada de España en Kingston (Jamaica) está acreditada ante el gobierno antiguano, mientras que el embajador de Antigua y Barbuda residente en Reino Unido era el que estaba acreditado en Madrid hasta ahora.
Las relaciones bilaterales apenas han tenido contenido hasta ahora. En abril de 2014, el entonces director general para Iberoamérica, Pablo Gómez de Olea, estuvo en la capital antiguana para preparar la visita en julio de aquel año del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para participar en la cumbre de la Comunidad del Caribe (CARICOM). A la inversa ocurre lo mismo: en 2006 y 2008, con motivo de la III y la IV Cumbre CARICOM-España, el entonces primer ministro, Baldwin Spencer, visitó Madrid.
Dado su reducido tamaño, la política exterior de Antigua y Barbuda se plantea en términos de su pertenencia a organizaciones internacionales de ámbito general (sistema de Naciones Unidas en particular) y también de carácter regional, como la CARICOM, la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECS) o la Asociación de Estados del Caribe (AEC).
Antigua y Barbuda, al igual que muchos países del Caribe anglófono, mantiene buenas relaciones con Cuba, país con el que mantiene un volumen considerable de cooperación técnica e intercambios en el marco de programas educativos y sanitarios. También Venezuela ejerce tradicionalmente una gran influencia en la zona, acrecentada desde 2005 con el acuerdo Petrocaribe y desde 2009 con la integración en el ALBA venezolano, lo que le permitió recibir un préstamo de 50 millones de dólares en concepto de apoyo presupuestario. En los últimos años, ha entrado también con fuerza la presencia económica china.
Las relaciones con EEUU se plantean fundamentalmente en términos de control de narcotráfico y de blanqueo de dinero. Antigua y Barbuda suscribió con Washington un acuerdo que permite a la guardia costera estadounidense perseguir a sospechosos de narcotráfico en aguas territoriales de ese país. Ambos Gobiernos están enfrentados, sin embargo, en relación con la industria antiguana de juegos de azar on-line y la participación de ciudadanos estadounidenses (no permitida por Washington).