José Luis Barceló
Economista y periodista
El Crash del 2007 trajo consigo, como una de las más inmediatas consecuencias, la internacionalización de miles de empresas de todo el mundo que, evitando sucumbir a la crisis, se lanzaron a los negocios de comercio exterior con mayor o menor éxito. Esto ha traído, sin embargo, nuevos riesgos que en los mercados controlados o con las mismas divisas, no se apreciaban con anterioridad.
Efectivamente, tras la crisis del 2007 muchas fueron las empresas y fabricantes que buscaron en la exportación una vía de escape que les ha permitido vender más y recoger frutos de esa actividad de internacionalización. Esto ha tenido sus costes, entre ellos, los de especializarse en los nuevos mercados, abrirse a nuevos productos y soluciones para otros países, y mejorar la capacitación de los empleados.
Pero también ha traído nuevos riesgos, como son los de exponer la situación financiera a retos y dificultades que interfieren en la cadena de suministro de una empresa. Los retrasos en los pagos y la elevación de los costes han convertido a muchas organizaciones, en verdaderas expertas para sortear los problemas que suscita el comercio exterior.
Una reciente y positiva noticia ha sido que la Cámara de Comercio de España ha anunciado que dedicará 141 millones para las pequeñas y medianas empresas hasta el año 2020, centrando esta inversión en el apoyo a la innovación y la internacionalización de este tipo de compañías.
La Cámara de España ha manifestado que 53 millones de euros serán para ayudar a las pymes en el proceso de innovación y 88 millones, para fomentar la internacionalización. Además, desde la Cámara de Comercio confirman también una partida de 327 millones para formación y emprendimiento, lo cual son buenas noticias para un tipo de empresas que ha sabido nadar contra corriente. Según el presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, todo este nuevo escenario tiene la digitalización, la internacionalización y la formación como tres ejes sobre los que pivotará la economía española para asegurar un crecimiento “vigoroso y sostenible capaz de crear empleo cada vez de mayor calidad”.
Cierto es también que se está apostando por ofrecer soluciones financieras digitales más sencillas y ágiles a las empresas. El desarrollo de plataformas digitales, como la que ofrece BilliB para la gestión financiera de la cadena de suministro, gozan de un enorme potencial para conseguir una viabilidad financiera plena en las empresas.
Las dificultades siguen acechando, pero con el apoyo de estas soluciones financieras la travesía puede hacerse más fácil y menos sufrida, especialmente para aquellas situaciones en las que una empresa dispone de varios proveedores con diferentes periodos de pagos de facturas. La elevación del riesgo financiero y de tesorería que ello supone es inasumible en muchas ocasiones, especialmente cuando se consiguen contratos abultados que obligan a adelantar gastos importantes y se termina convirtiendo en un riesgo tanto para la situación financiera -a veces se tienen que pagar elevados costes y comisiones por faltas de liquidez puntuales-, como de tesorería, lo cual supone un importante impedimento para el negocio, riesgos a los que hay que adelantarse.
25/05/2018. © Todos los derechos reservados