<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>Como era de esperar, la XXVII Cumbre Hispano-Francesa vivió ayer dos frentes muy significativos en Barcelona: la firma del nuevo Tratado de Amistad y Cooperación, que eleva al máximo nivel las relaciones bilaterales, y la doble presencia del independentismo tanto fuera como dentro del recinto, con la participación institucional del presidente de Cataluña, Pere Aragonès (quien no se quedó a la interpretación de los himnos), en la recepción y una manifestación en el exterior que dejó claramente al descubierto las disensiones dentro del soberanismo catalán.</strong></h4> Durante el encuentro, celebrado en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, firmaron <strong>el Tratado de Amistad y Cooperación, el desde ahora llamado “Tratado de Barcelona”</strong>, el primero de estas características firmado entre ambos países y que, según Moncloa, constituye “una hoja de ruta sin precedentes en materia de coordinación entre Francia y España en el seno de la Unión Europea y aporta eficacia y agilidad al desarrollo de proyectos conjuntos e institucionaliza tanto la celebración anual de cumbres bilaterales como la participación recíproca en consejos de ministros”. El <strong>Tratado de Barcelona</strong> elevará las relaciones bilaterales al máximo nivel posible, equiparable al que ya tiene España con Portugal desde la Cumbre de Trujillo de octubre de 2021 y al que mantiene Francia con Alemania e Italia desde Aquisgrán en 1963 y Roma en 2021, respectivamente. El texto, negociado por los dos Gobiernos en cumplimiento de lo acordado en la anterior Cumbre bilateral de Montauban (2021), prevé, entre otras novedades, la creación de un Consejo franco-español de Defensa y Seguridad conformado por los ministros de Asuntos Exteriores y Defensa (que ayer celebró, precisamente, su primera reunión en los márgenes de la Cumbre), el desarrollo de un marco común en las relaciones internacionales, reuniones periódicas entre los ministros de Economía, Industria, Conectividad y Turismo, la celebración anual de un foro empresarial y económico, el desarrollo de las interconexiones, de la Política Agrícola Común y de la Política Pesquera Común y la puesta en marcha de un comité de cooperación fronteriza. Durante la cumbre, según Moncloa, Sánchez y Macron abordaron diversas cuestiones bilaterales y europeas, como la necesidad <strong>de definir una estrategia transfronteriza y de reforzar las interconexiones energéticas y la red de transportes entre ambos países, los avances en la gobernanza económica europea, el pacto de migración y asilo o la reforma de la PAC</strong>, áreas que serán planteadas por España durante su Presidencia del Consejo de la UE. Asimismo, analizaron la evolución actual de la guerra en Ucrania y “otros desafíos comunes a nuestra seguridad, especialmente los provenientes del flanco sur”, según declaró Pedro Sánchez en la rueda de prensa posterior. <h5><strong>Energía e interconexiones</strong></h5> Por otra parte, durante la Cumbre se celebraron <strong>varias reuniones bilaterales</strong> entre los ministros asistentes (las tres vicepresidentas de Economía, Trabajo y Transición Ecológica y los titulares de Asuntos Exteriores, Defensa, Interior, Transportes, Educación, Agricultura y Cultura, junto a sus contrapartes francesas). Uno de los resultados bilaterales más importantes de la Cumbre ha sido el compromiso de los dos países de trabajar, por una parte, en sus propuestas de reforma del <strong>mercado eléctrico europeo</strong> para que converjan hacia una posición común y para que el nuevo modelo se apruebe antes de que concluya 2023, y, por otra, de trabajar conjuntamente en el paquete de reformas energéticas que tendrá que acometer la Unión Europea, en particular durante la Presidencia Española del Consejo de la UE del segundo semestre del año, con el objetivo de que se apruebe antes de 2024. Asimismo, los dos Gobiernos se comprometieron a<strong> impulsar las interconexiones energéticas y a estudiar la construcción de un nuevo tendido eléctrico entre los dos países</strong>, aprovechando el trazado submarino del hidroducto H2med entre Barcelona y Marsella. “España y Francia quieren avanzar juntas en el ámbito energético y mejorar con ello el proyecto europeo, aumentar nuestra integración y construir una Europa más unida, más fuerte y sostenible, más preparada para afrontar los retos venideros y conseguir una economía neutra en emisiones de carbono”, declaró la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera. Por otra parte, <strong>los ministros de Cultura de ambos países, Miquel Iceta y Rima Abdul Malak,</strong> acordaron una Declaración de Intenciones que permitirá la digitalización de importantes fondos documentales sobre exiliados republicanos españoles en Francia, y <strong>el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación de España, Luis Planas, y su colega de Francia, Marc Fesneau</strong>, presentaron una Declaración Conjunta que refuerza la colaboración en materia agraria entre ambos países. Aparte, <strong>la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz</strong>, firmó una Declaración de Intenciones en materia de Economía Social, y la ministra de Transporte, Raquel Sánchez, se reunió con Clément Beaune, ministro delegado encargado de los Transportes de Francia, con quien abordó proyectos como el <strong>tramo Montpellier-Perpignan, el Corredor Mediterráneo y el Corredor Atlántico</strong>. Durante el encuentro, Beaune se comprometió a terminar ambos corredores ferroviarios europeos en 2030 (las obras del Mediterráneo comenzarán en 2023 y las del Atlántico en 2024). <h5><strong>“Ni España ni Francia: Países Catalanes”</strong></h5> La gran controversia política de la Cumbre fue la presencia meramente institucional del <strong>presidente de la Generalitat, Pere Aragonés</strong>, quien tras llegar al Museo Nacional de Arte de Cataluña conversó durante un minuto con Pedro Sánchez, fue saludado por Macron y abandonó el acto en su coche oficial, mientras los dos mandatarios pasaban revista a las tropas y presidían la ceremonia con los himnos nacionales de ambos países. A continuación, y en declaraciones a la prensa, Aragonès justificó su presencia en el acto y los saludos a Sánchez y Macron, pero advirtió de que el conflicto político en Cataluña “no ha terminado”. En la rueda de prensa posterior a la Cumbre, <strong>Sánchez declaró: “A mí me hubiera gustado, evidentemente, que se hubiera quedado el presidente Aragonès a toda la ceremonia, pero agradezco, en todo caso, que, a diferencia de otros presidentes autonómicos, sí esté presente en la recepción al presidente Macron”. </strong>La de ayer fue la primera Cumbre Hispano-Francesa que se celebra en la Ciudad Condal desde la institucionalización de este tipo de reuniones en 1987 y la segunda en Cataluña desde la de 2006 en Girona, en la que participaron José Luis Rodríguez Zapatero y Jacques Chirac. Entretanto, <strong>entre 6.500 (según la Guardia Urbana) y 30.000 personas (según los organizadores) se manifestaron en el exterior contra la cumbre bajo el lema (entre otros) <em>Ni Francia, ni España: Países Catalanes</em>.</strong> Entre los asistentes a la concentración había representantes de las principales formaciones independentistas, ERC, Junts y la CUP. En un momento dado, los participantes abuchearon al presidente de Esquerra, Oriol Junqueras -quien se vio obligado a abandonar la concentración-, en protesta por la presencia de Aragonès (de ERC) en el encuentro hispano-francés. Los manifestantes gritaron lemas como “Puigdemont, nuestro presidente” e incluso “Junqueras, traidor, te queremos en la prisión” (el líder del ERC fue encarcelado, y posteriormente indultado, por su implicación en el proceso independentista de 2017). Fuentes de su partido aseguraron que no abandonó la concentración a causa de los abucheos, sino porque tenía un “compromiso”. La protesta había sido convocada por ANC, Òmnium Cultural y el Consell per la República con el argumento de que la Cumbre ha sido una “provocación” del Gobierno de Sánchez para intentar demostrar que el <em>Procés </em>ya forma parte del pasado. “Hemos venido para decirle a Sánchez que aquí no ha acabado nada, que el independentismo sigue bien vivo”, declaró Junqueras. “Somos conscientes de que queda camino por hacer, y lo seguiremos haciendo dentro y fuera de la Cumbre”, añadió, para justificar la participación de Aragonès.