<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, advirtió ayer de la necesidad profundizar los lazos entre la UE y América Latina (“la otra relación transatlántica”) porque la autonomía estratégica europea requiere de “socios confiables” y, en este sentido, la región iberoamericana puede ser el socio más adecuado “para una agenda compartida de cohesión social y de renovación de la democracia”.</strong></h4> <strong>“Desde el inicio de mi mandato he insistido en la necesidad profundizar los lazos entre la UE y América Latina y el Caribe, o, como me gusta llamarla, la otra relación transatlántica”</strong>, declaró Borrell durante su participación, en formato virtual, en la inauguración del seminario internacional <strong><a href="https://www.fundacioncarolina.es/espana-la-ue-y-america-latina-una-cooperacion-renovada-para-el-desarrollo-sostenible/" target="_blank" rel="noopener noreferrer"><em>España, la Unión Europea y América Latina: una cooperación renovada para el desarrollo sostenible</em></a>, organizado por la Fundación Carolina y la Fundación ICO en sede de la Casa de América en Madrid.</strong> Para conseguir ese objetivo, prosiguió, “este año es clave” gracias a la celebración, durante la próxima Presidencia española de la UE, de la primera Cumbre UE-CELAC desde 2015 (“después de demasiados años”) y porque la región se enfrenta, al igual que el resto del mundo, a las consecuencias de “dos crisis no programadas”: la pandemia del COVID y la guerra de Ucrania. No obstante, advirtió, es necesario “ir más allá de las crisis de cada día”. “La voluntad de reforzar la autonomía existe en las dos orillas del Atlántico, América Latina y el Caribe quieren ser América Latina y el Caribe y los europeos queremos ser lo que somos y defender nuestra manera de ser de forma autónoma”, pero <strong>“autonomía quiere decir cooperación, no quiere decir aislamiento, autonomía no es autarquía, y para ser autónomo tienes que tener socios confiables para los tres desafíos que van a marcar este siglo: cambio climático, revolución tecnológica y cohesión social”</strong>, manifestó. En este contexto, aseguró, <strong>“América Latina es mucho más que un socio económico y un mercado de creciente importancia”</strong>, es “un socio para una agenda compartida de cohesión social y de renovación de la democracia”. “En esa región están en juego intereses cruciales para la UE para las próximas décadas”, advirtió Borrell. <strong>“Siempre decimos que América Latina y UE somos firmes defensores del multilateralismo, pero no podemos reparar en la región y aproximarnos desde Europa a América Latina solo cuando necesitamos sus votos, cuando en Naciones Unidas se debaten cuestiones de trascendental importancia para nosotros, para los europeos, y pedimos el apoyo de los latinoamericanos”</strong>, aseveró Borrell. América Latina es “un continente joven que busca su espacio y una voz propia en un mundo de gigantes” y, por ello, la UE e Iberoamérica deben “trabajar juntos todos los días” y contribuir a reformar el actual orden multilateral, a fin de “adaptarlo al nuevo contexto geopolítico” y a una distribución del poder y de la riqueza “radicalmente distinta” de la que había en 1945, cuando surgieron “las actuales instituciones multilaterales”, concluyó. <h5><strong>Pilar Cancela: “Brasil demuestra la necesidad de un nuevo pacto social”</strong></h5> En el mismo acto, <strong>la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Pilar Cancela</strong>, afirmó que <strong>“España debe continuar siendo un actor esencial y un verdadero puente de enlace en la relación birregional entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe”</strong>, porque esta relación “se ha enfrentado en los últimos años a un escenario internacional transformado” y al aumento de las “tensiones en cada una de las dos regiones”. Lo sucedido en Brasil, afirmó, es “un ejemplo de la necesidad” de “generar un pacto social al que todas las democracias están convocadas, especialmente las europeas y de América Latina”. Por ello, prosiguió, la Presidencia española debe “hacer valer la vigencia global, más que nunca, de los principios de la democracia y el Estado de derecho frente a las amenazas iliberales en América Latina y en el seno de la UE”. <strong>“Desde la Cooperación Española acompañamos a los países socios para que logren nuevos modelos de gobernanza más abiertos e integrales que refuercen la capacidad de las instituciones para brindar políticas públicas de calidad y así instaurar un nuevo contrato social. En definitiva, desarrollo sostenible para las generaciones futuras”</strong>, agregó. Por su parte, <strong>el presidente del Instituto de Crédito Oficial (ICO), José Carlos García de Quevedo Ruiz</strong>, también destacó “la posición de España como puente entre ambas regiones, papel que cobrará, si cabe, mayor peso durante el segundo semestre de 2023, período en el que España ocupará la presidencia del Consejo de la UE”. Asimismo, <strong>el director de Fundación Carolina, José Antonio Sanahuja</strong>, advirtió de la necesidad de “repensar” las relaciones entre América latina y el Caribe y la Unión Europea “en un momento particularmente complejo, en el que América Latina tiene tras de sí una nueva década perdida, y la guerra ha retornado al escenario global, con nuevos desafíos para los retos sociales, tecnológicos y ambientales que enfrentamos ambas regiones”. <strong>Durante el seminario, que concluye hoy</strong>, especialistas del mundo académicos y de las organismos internacionales, responsables políticos y representantes de la empresa y la sociedad civil abordan cuatro temas principales: las implicaciones de la creciente rivalidad geopolítica y la guerra de Ucrania para la UE y América Latina y su diálogo político mutuo, las políticas de desarrollo que ambas regiones están adoptando para la recuperación y la transición justa, los retos de la transición ecológica y de la matriz de energía que están abordando América Latina y la UE y las políticas de cooperación para el desarrollo de España y la UE y el enfoque del “desarrollo en transición” como elementos que también pueden sustentar una amplia renovación de la relación birregional.