Rupérez, Jiménez, Piqué y Gil-Casares./ Foto: The Hispanic Council
Eduardo González. 11/10/2017
Dos históricos representantes del área internacional del Partido Popular, Josep Piqué y Javier Rupérez, se mostraron ayer especialmente críticos con la estrategia de comunicación de la diplomacia española para afrontar la “erosión de la imagen de España” causada por el desafío independentista catalán.
La crisis catalana “está erosionando la imagen de España” en el exterior, donde aparece como “un país conflictivo con un problema de cohesión nacional”, denunció Piqué (ministro de Exteriores con José María Aznar) durante la tercera edición del Foro de la Herencia Hispana, organizada por el The Hispanic Council y el Deusto Business School en Madrid y presentada por el encargado de negocios de la Embajada norteamericana, Benjamín Ziff.
El problema, lamentó, es que “los independentistas tienen una estrategia de comunicación y el Estado español no”. “La manera más rápida de restablecer la imagen de España es restablecer cuanto antes el orden constitucional y las reglas del juego”, advirtió. «Una vez se restablezca el control, hay que hacer política», porque «va a seguir habiendo muchos independentistas» a los que habrá que convencer de que «España es un proyecto compartido», agregó.
Por su parte, Rupérez (ex diputado y ex embajador en EEUU) advirtió de que “la diplomacia española debería dedicarse exclusivamente” a convencer a la comunidad internacional de que la crisis catalana podría afectar “a la estabilidad mundial y europea”. “La diplomacia española no está informando adecuadamente, hay un defecto de comunicación”, lamentó.
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En el mismo acto, la ex ministra de Exteriores socialista Trinidad Jiménez afirmó que, aunque «no cabe duda de que el conflicto erosiona la imagen de España, lo que verdaderamente se ha erosionado es la imagen pública del Gobierno de Cataluña».
Por su parte, Ramón Gil-Casares, anterior embajador en Estados Unidos y actual director de la Escuela Diplomática, recordó que el Gobierno norteamericano “siempre ha defendido la posición de España” y que, «de los 500 congresistas, ninguno ha recibido a los independentistas catalanes», a quienes sólo apoyan «un congresista independentista de Texas y tres o cuatro congresistas cubanos en venganza por las relaciones del Gobierno español con Cuba».
Otro de los puntos principales en el encuentro fue el papel que pueden jugar los más de 50 millones de hispanos estadounidenses como palanca para los intereses de España en Estados Unidos.
Al respecto, Piqué propuso el nombramiento de “un embajador con misión especial” para las relaciones con los hispanos norteamericanos que “involucre a Ministerios, administraciones y sociedad civil”, y Jiménez instó a “utilizar la Fundación Consejo España-EEUU” como plataforma de trabajo, así como a llevar el tema al próximo Consejo España-Estados Unidos.
Por su parte, Rupérez pidió que Felipe VI viaje a los Estados hispanos de EEUU, como hizo su padre en 1987, «incluso antes de ir a Cuba», y reclamó al Gobierno “una protesta activa y contundente por todas las barbaridades que se están diciendo sobre Cristóbal Colón» en algunos sectores estadounidenses.