<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El Mercado Único de la UE, uno de los principales motores de la integración europea, cumple este año su trigésimo aniversario en un momento histórico especialmente importante para su supervivencia e incluso su credibilidad, condicionado por la recuperación económica tras la pandemia del COVID-19 y la crisis energética causada por la guerra de Rusia en Ucrania.</strong></h4> <strong>El Mercado Único fue establecido el 1 de enero de 1993</strong>, tras la firma del Tratado de Maastricht el 7 de febrero de 1992, para permitir la libre circulación de bienes, servicios, personas y capitales dentro de la UE. Inicialmente estaba formado por doce países: Bélgica, Dinamarca, Alemania, Irlanda, Grecia, España, Francia, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal y Reino Unido. En la actualidad, incluye 27 Estados miembros, además de Islandia, Liechtenstein y Noruega. Suiza tiene acceso parcial. En total, el Mercado Único engloba alrededor de 450 millones de consumidores (desde los 345 millones de 1992). La UE representa en la actualidad en torno al 18% del PIB mundial y el 31% del comercio mundial (aunque el 18% del comercio se realiza principalmente dentro de la propia Unión), lo que la convierte en una de las tres principales economías del mundo. “A lo largo de 30 años, el Mercado Único ha propiciado una integración de mercado sin precedentes entre las economías de los Estados miembros, sirviendo de motor de crecimiento y competitividad y respaldando el poder económico y político de Europa a escala mundial”, declaró esta semana la Comisión Europea en un comunicado. “También ha desempeñado un papel clave en la aceleración del desarrollo económico de los nuevos Estados miembros que se adhirieron a la UE, eliminando barreras de entrada e impulsando el crecimiento”, añadió. A lo largo de 2023, la Comisión tiene prevista la organización de debates, exposiciones y campañas relacionados con el aniversario y va a publicar una comunicación en la que mostrará los importantes logros y beneficios del Mercado Único e incluso identificará las lagunas de aplicación y las prioridades futuras para que el mercado único siga desempeñando un papel clave. Los treinta años del Mercado. Único coincidirán, en el segundo semestre del año, con la Presidencia española del Consejo de la UE. <h5><strong>COVID y crisis energética</strong></h5> Según Bruselas, el Mercado Único ha sido “esencial” para ayudar a Europa a <strong>hacer frente a la pandemia del COVID-19 y a la crisis energética derivada de la invasión rusa de Ucrania</strong>. Por ello, advirtió, “reforzar la integridad del Mercado Único seguirá siendo esencial para que Europa pueda responder a los nuevos retos de forma coordinada y seguir apoyando la competitividad de las economías europeas”. Durante la COVID-19, “mantener abiertas las fronteras interiores y garantizar el buen funcionamiento del Mercado Único permitió que las vacunas, los equipos médicos y otros materiales críticos llegaran a quienes los necesitaban”, prosiguió la Comisión. Aparte, la respuesta de Europa a la crisis energética se basa en el plan <em>REPowerEU</em>, que se apoya en el poder del Mercado Único para que la UE adquiera conjuntamente fuentes de energía más diversificadas y acelere significativamente el desarrollo y despliegue de energías limpias y renovables. “Esto ya ha permitido reducir la dependencia de la UE de los combustibles fósiles rusos”, añadió. <strong>Lo cierto es que la crisis energética, la mayor desde los años 70, no solo ha sacado a la luz las debilidades de Alemania a causa de su dependencia del gas ruso, sino que ha ayudado a derribar viejos dogmas mediante la adopción de medidas impensables hasta hace poco tiempo</strong> y que, de hecho, se consideraban incompatibles con el propio Mercado Único. Una de esas medidas es la aprobación de <strong>la excepción ibérica</strong>, que ha permitido a España y Portugal -dos países beneficiados por una red regasificadora única en la UE- intervenir en su mercado eléctrico para controlar los precios. El pasado 21 de octubre, los jefes de Estado y Gobierno de los 27 acordaron en Bruselas una serie de medidas que, según el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, permitirán “extender el modelo ibérico, o algo similar”, al resto de la Unión. Concretamente, las medidas, propuestas por la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, prevén un precio tope a todo el gas que importe la UE, las compras conjuntas y centralizadas de gas a terceros países, una reforma estructural del mercado de la electricidad y la extensión al conjunto de la UE de la excepción ibérica. Asimismo, el Consejo Europeo y los ministros de Energía de la UE aprobaron a mediados de diciembre un mecanismo de corrección temporal para limitar los precios excesivos del gas, que se aplicará a partir del 15 de febrero de este año y durante un periodo de un año. Aparte, la defensa del Mercado Único fue, precisamente, el principal argumento de los Gobiernos del sur de Europa (con España a la cabeza) para reclamar y conseguir <strong>un fondo de recuperación de 750.000 millones de euros que ayudara a los Estados miembros a hacer frente a la crisis provocada por la pandemia. </strong>La principal novedad de este fondo, aprobado en julio de 2021, fue su composición: 360.000 millones mediante préstamos y el resto, 390.00 millones, mediante transferencias y sin derechos de veto por parte de ningún país. Este fondo, y esto constituye otra gran novedad, se financia con la primera emisión de deuda conjunta de la historia de la Comisión Europea. <strong>Para sacar adelante estas medidas, que implicaron también la caída de viejos dogmas neoliberales, fue necesario superar las reticencias de los países del norte</strong> (con Países Bajos a la cabeza), cuya obstinación en el debate llegó a irritar expresamente a países como Alemania, Italia o Francia. En junio de 2021, la Comisión Europea aprobó el Plan de Recuperación del Gobierno español para superar la crisis causada por la pandemia y, en noviembre de ese mismo año, España se convirtió en el primer país de la UE en solicitar a Bruselas el primer pago del Fondo de Recuperación. En total, España espera acceder hasta 2027 a 140.000 millones euros correspondientes al plan de recuperación <em>Next Generation EU</em>, la mitad de los cuales (69.500 millones) se conceden en forma de subvenciones a fondo perdido. ,