Pienknagura durante la presentación del informe./ Foto: TD
Eduardo González. 14/06/2017
El final de la prosperidad que experimentó la región de América Latina y Caribe en la primera década del siglo XXI obliga a afrontar nuevos retos, entre ellos el de la integración regional como vía para mejorar la eficiencia y fortalecer la competitividad en el conjunto de la economía global.
Ésta es la principal conclusión de Mejores vecinos. Hacia una renovación de la integración económica en América Latina, un informe del Grupo Banco Mundial que fue presentado ayer en la sede de Casa de América en Madrid por uno de sus autores, el economista ecuatoriano Samuel Pienknagura.
El informe indica que acuerdos comerciales como la Alianza del Pacífico y Mercosur han abierto nuevas oportunidades para el desarrollo económico y social y han contribuido a crear empleo y a mejorar los niveles de vida.
Por ello, propone dar un paso a través de una integración económica global y regional basada en cinco pilares: la reducción regional de aranceles como primer paso para la liberalización arancelaria con el resto del mundo, la profundización de la integración entre América del Sur, América Central y América del Norte, la armonización de las normas que regulan el intercambio de bienes, servicios y los factores de producción, el incremento de los esfuerzos para reducir los costos comerciales y la integración de los mercados de trabajo y capitales en las Américas.
El principal referente del documento es el llamado Regionalismo Abierto, un concepto reiterado a lo largo del informe para referirse a la integración regional como “primer paso hacia el objetivo de la integración global”. Se trata, por tanto, de “fortalecer a la región para entrar de manera más robusta en los mercados globales”, precisó Pienknagura.
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El objetivo, según uno de los autores, es “fortalecer a la región para entrar con más fuerza en el mercado mundial”
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“El 75% de los latinoamericanos tienen una visión favorable al proceso de integración”, aseguró el economista ecuatoriano. Otro objetivo de esa integración, añadió, es crear una “agenda propia” para la región que le permita actuar con mayor independencia ante los vaivenes de la economía mundial, ya sean las coyunturas en Estados Unidos o China o la volatibilidad de los precios de las materias primas.
En el mismo acto (que estuvo moderado por el periodista Pedro Rodríguez, antiguo corresponsal de ABC en Estados Unidos), el coordinador ejecutivo de Asuntos Internacionales del Banco de España, Ángel Estrada, aseguró que la UE es un ejemplo claro de los beneficios de la integración regional.
“Todos los países de la UE han obtenido ganancias de la integración, con crecimientos anuales que van desde el 0.4 al 2% del PIB y con una sola excepción, Grecia”, afirmó. “España y Portugal hubieran tenido crecimientos más parecidos a los de Brasil y Chile, respectivamente, si no hubieran pertenecido a la Unión Europea”, agregó.