El ministro subrayó que China se ha convertido en una “potencia global imprescindible”.
The Diplomat. 08/03/2017
El ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, intervino ayer en unas jornadas sobre ‘China y el liderazgo del nuevo orden mundial’, organizadas por Expansión y LSE Enterprise, en las que destacó que el modelo de globalización surgido en los años ochenta ha cumplido “su ciclo de vida”.
El jefe de la Diplomacia indicó que en este nuevo orden probablemente surja un espacio “multipolar” en el que la UE, EEUU y países como China, la India y Japón ejerzan un liderazgo “compartido” que, en su opinión, debe ser “generoso e integrador” para permitir una globalización “constructiva” que palie el “descontento” que la globalización “clásica” ha generado.
Dastis advirtió de que la sociedad internacional como espacio global está “cuestionada” y que la tentación del aislacionismo puede dar “un giro dramático al mundo” tal y como lo conocemos. “Ya está sucediendo en EEUU y en la propia Europa: tensiones surgidas de la migración económica y la llegada de refugiados, desafecto provocado por la globalización”, enfatizó.
En su opinión, se tiene que consolidar un orden económico basado en reglas del juego justas para todos. “La globalización ha abaratado costes, ha acelerado el desarrollo tecnológico y ha mejorado los precios a los consumidores, generando enormes beneficios para las clases medias y emergentes en los países en vías de desarrollo”, reconoció en primer lugar.
En el otro lado de la balanza, varias capas de las sociedades de los países industrializados no han podido adaptarse a un mercado de trabajo “cada vez más estrecho” y con remuneraciones y calidad del empleo inferiores. “La revuelta silenciosa del medio oeste americano en favor del presidente Trump es la más viva expresión de este problema”, puso como ejemplo.
En el caso de China, el ministro subrayó que el gigante asiático se ha convertido en una “potencia global imprescindible”, que marca la agenda en economía, seguridad o medio ambiente, por citar varios ejemplos. “Creo en un futuro en el que China podrá ejercer un liderazgo compartido, un escenario en el que podremos mantener las grandes certezas del sistema internacional de nuestros días y construir juntos de manera responsable lo que nos piden nuestros ciudadanos: un mundo mejor, más justo y equilibrado”, concluyó.