Tarso Genro junto al vicepresidente de Alternativas, Nicolás Sartorius./ Foto: TD
Eduardo González. 18/12/2016
La reforma constitucional impulsada, y conseguida, por el presidente Michel Temer, que implicará la congelación del gasto público durante los próximos 20 años, representa un “ajuste radical que traerá recesión, desempleo y hambre” y revela la incapacidad de la izquierda brasileña para entender el agotamiento del sistema de Lula y ofrecer soluciones para salir de la crisis.
Quien así opina es Tarso Genro, ex ministro de Educación y Justicia durante la presidencia de Lula da Silva y miembro del Partido de los Trabajadores (PT), quien protagonizó el pasado jueves un seminario sobre la situación actual de su país en la sede de la Fundación Alternativas en Madrid.
“La enmienda constitucional congela tanto el gasto en salud y educación como el gasto en la función pública, y lo único que no congela es la partida destinada al pago de la deuda”, denunció. Se trata de “un ajuste radical que va a llevar a la recesión, al desempleo y, como consecuencia del fin de los programas sociales, al hambre”, advirtió. «Va a transformar la maquinaria estatal en una mera maquinaria administrativa para el pago de la deuda» y, como consecuencia de ello, va a propiciar «el más brutal y completo proceso de privatización del Estado».
Según Genro, con el sistema que había puesto en marcha Lula de Silva “todos ganaban, los pobres, la clase media y el sector industrial». No obstante, “a mitad del mandato de Dilma Rousseff, el proceso ya estaba agotado, pero la presidenta no se dio cuenta”, lamentó.
”El Estado ya no tenía capacidad financiera para mantener el gasto social combinado con el pago de la deuda pública” y, como consecuencia de ello, afirmó, se produjo un “desmantelamiento de la base política y social del Gobierno” que derivó en las “movilizaciones de julio de 2013, con un millón de personas en la calle”.
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Un ex ministro de Lula reconoce que el PT no fue capaz de evitar la crisis de un modelo en el que “todos ganaban”
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“La izquierda no es inocente”, admitió. “Una parte optó por la forma tradicional de financiación de los partidos, lo que contaminó al conjunto del PT y borró las fronteras imprecisas entre la financiación del partido y la financiación de intereses privados”, denunció. “El segundo pecadillo”, añadió, “fue que el PT no supo ofrecer propuestas para salir de la crisis dentro del sistema y de la globalización”.
En estas circunstancias, denunció Tarso Genro, fue posible “el golpe de Estado” que acabó con la destitución de la presidenta Rousseff. “La derecha brasileña siempre ha utilizado la corrupción para justificar la toma del poder” y, en la actualidad, Brasil vive un “proceso de criminalización de la política y de politización del crimen que puede llevar a una inestabilidad de alta complejidad”.