Sede de la Agencia Europea del Medicamento en Londres.
The Diplomat. 26/07/2016
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, está trabajando para que, si España consigue hacerse con la Agencia Europea del Medicamento (AEM) como consecuencia de la salida del Reino Unido de la UE, la sede se instale en Alicante. La pretensión choca con el anuncio hecho el pasado viernes por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, de que el Ejecutivo apoyará la candidatura de Barcelona.
La revelación de los trabajos del ministro de Exteriores la hizo ayer el vicesecretario de Política y Organización del PP en la provincia alicantina, Rafael Candela, respondiendo al anuncio del alcalde de Alicante, el socialista Gabriel Chávarri, de que pediría al Gobierno que apoye la candidatura de esa ciudad para acoger la AEM. Candela pidió “aparcar las diferencias y poner en valor lo que nos une, porque a la persona que puede liderar ese proyecto ya la tenemos y ya está en ello».
“Margallo -aseguró- ya ha demostrado que se deja la piel por esta tierra y que su gestión trae frutos». Alicante es la circunscripción por la que se presentó en las últimas elecciones generales el ministro de Asuntos Exteriores, y en la que el PP, consiguió un escaño más con respecto a los comicios de diciembre.
[hr style=»single»]
Aunque la vicepresidenta dijo que el Ejecutivo apoya a Barcelona, Margallo quiere que vaya a Alicante
[hr style=»single»]
El alcalde alicantino confía en que las tensiones independentistas de Cataluña jueguen a favor de que la Unión Europea se pronuncie a favor de Alicante. Por eso insiste en su petición, a pesar de conocer la posición oficial del Gobierno español.
Barcelona ya aspiró cuando se creo la Agencia a hacerse con su sede permanente, pero esta finalmente fue a parar a Londres, un ubicación que deberá abandonar al dejar el Reino Unido el club comunitario. Otras ciudades españolas, como Málaga o Alcalá de Henares, han mostrado también su interés en acoger la AEM, que es la entidad encargada de supervisar y controlar todas las marcas de fármacos que se mueven en territorio de la Unión.
España, además, deberá competir con otros países, como Suecia, Alemania o Italia, que han expresado igualmente su deseo de hacerse con la Agencia Europea del Medicamento.