Rajoy durante una cumbre europea./ Foto: Twitter
Eduardo González. 24/06/2016
Aparte del fin del bipartidismo, las elecciones del 26 de junio podrían introducir otra novedad inadvertida y con un claro componente generacional: la superación, o el primer paso para la superación, de la endémica dificultad de los dirigentes políticos españoles para manejarse en el idioma inglés.
De todos es sabido que José Luis Rodríguez Zapatero apenas entiende o habla inglés (en 2005, tras reunirse con Tony Blair, se limitó a responder a la pregunta de una periodista británica sobre los resultados de la entrevista con un sencillo “Thank you»); que José María Aznar intensificó sus esfuerzos por aprenderlo después de abandonar la Presidencia, aunque sus conferencias en Georgetown se caracterizaron más por la voluntad que por el éxito; o que Felipe González prefería el francés en las cumbres internacionales.
Un reciente informe de Engoo, una academia online de inglés fundada en noviembre de 2012 que imparte clases en Asia, Europa, América del Sur y Central, ha analizado el dominio del inglés de los cuatro principales candidatos del 26-J, a los que ha valorado a ciegas (para no verse condicionada en las conclusiones) a partir de algunos fragmentos de vídeo.
De acuerdo con el estudio, al candidato de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, “se le nota un marcado acento español, principalmente cuando pronuncia las vocales”, y comete “errores muy típicos de los hispanohablantes” en la pronunciación de las erre y la ese. Pese a todo, su nivel de inglés “es bastante fluido, sin caer en errores gramaticales”.
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La academia online Engoo analiza el nivel de los cuatro candidatos del 26J a partir de fragmentos de discursos
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Por su parte, el candidato de Ciudadanos, Albert Rivera, tiene “una pronunciación más acertada que la de Pablo Iglesias” y, en términos generales, demuestra “un buen nivel de inglés, escondiendo bastante el acento español, y transmitiendo con exactitud lo que quiere decir”.
El speaking del socialista Pedro Sánchez “es bueno aunque con ciertos fallos en la pronunciación de algunas palabras”. No obstante, “su gramática es acertada y su acento español no es tan fuerte, pudiéndosele entender sin problemas”, señala el informe.
El que sale peor parado es el presidente del Gobierno y candidato del PP, Mariano Rajoy, quien “cuenta con la desventaja de que su generación venía de aprender otros idiomas, como el francés”. Por ello, “tiene más dificultades para construir frases en inglés. No sólo se trata del speaking, sino que, además, su nivel de compresión es más bajo”, prosigue.