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Texto y foto: Antonio Colmenar. 06/06/2016
La plaza más famosa de Teruel cuenta en el centro con una fuente de la que surge una gran columna. Allí en lo alto, un toro de reducido tamaño saluda a todos los viandantes. Es la fuente del Torico, en cuya parte baja aparecen cuatro cabezas de toros escupiendo agua.
Cuenta la leyenda que en el siglo XII, durante la Reconquista, el el rey Alfonso II quiso tomar la Tirwal musulmana. Para ello, decidió dividir a su ejército. Una parte se dirigió a las montañas de Prades y el resto se quedó en las llanuras de Cella con órdenes de no pasar al ataque. Sin embargo, los guerreros desobedecieron las órdenes del rey y avanzaron tras un toro bravo. Algo que era considerado como un presagio favorable para la fundación de una nueva población.
El toro se paró bajo una estrella en lo que hoy es la plaza del torico y los generales del rey aragonés decidieron que era allí donde debían fundar la nueva Teruel cristiana, junto a la Tirwal musulmana. Así, tomaron la fortaleza de Teruel plantando su estandarte en la plaza conquistada.
La literatura romántica tomó también de esta leyenda la teoría sobre el origen del topónimo de Teruel. Con la unión la palabra Toro y el nombre con el que se conoce a la estrella bajo la que se detuvo el animal, Actuel. Una leyenda más.
Sin embargo, de esta fábula procedería también el símbolo del toro y de la estrella, que se puede observar tanto en la bandera como en el escudo de la ciudad. Además, desde el año 1858, la estatua de este toro legendario vigila desde lo alto de una columna la plaza que lleva su nombre y a la que también se conoce como plaza de Carlos Castel.