Dr. Tzou-yien Lin
Ministro de Salud y Bienestar Social, República de China (Taiwán)
De acuerdo con las estimaciones que la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer el 21 de abril de 2004, la epidemia del SARS (síndrome respiratorio agudo grave) cobró un total de 774 vidas en el año 2003. Más allá de las naciones en las que más víctimas cobró, el SARS traumatizó al mundo causando grandes alteraciones económicas y provocó un profundo impacto en el comercio y turismo internacionales, tanto en ese año como durante los intranquilos meses siguientes.
Sin embargo, estas amenazas están lejos de terminar: al SARS le han seguido enfermedades infecciosas tales como el Ébola y el MERS (síndrome respiratorio de Oriente Medio). Se trata de amenazas sobre las que sabemos algo, pero a las que realmente hay que temer son a aquellas a las que ni siquiera todavía podemos nombrar. A pesar de las habituales reuniones de expertos internacionales en materia de salud, nuevos y todavía no registrados brotes pueden propagarse rápidamente en todo el mundo. Y lo hacen sin duda más rápidamente que nunca, ya que las estadísticas referidas al transporte aéreo muestran que cada vez son más las personas que viajan por este medio, atravesando el mundo más que nunca en un solo día de viaje.
El virus del zika surgió en América del Sur a finales del año pasado, y desde entonces se ha extendido por todos los continentes, desafiando los esfuerzos por controlar la enfermedad en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud estimó en 2014 que las enfermedades transmitidas por vectores representan el 17 por ciento de la carga global de todas las enfermedades infecciosas, y que matan a más de 750.000 personas cada año. El dengue, la enfermedad de más rápido crecimiento entre las que se transmiten por vectores, es endémica en más de 100 países, con riesgo potencial en cuatro de cada diez personas en el mundo. El año pasado, Taiwán confirmó un total de 43.419 casos autóctonos, en uno de los más graves brotes de dengue desde 1987. Dado que el virus del zika se transmite por la misma especie de mosquito que el virus del dengue, Taiwán también se enfrenta a un incremento del riesgo por brotes de esta nueva enfermedad.
Porque sabemos que las enfermedades infecciosas no respetan las fronteras, Taiwán ha venido cumpliendo con sus responsabilidades respecto al Reglamento Sanitario Internacional (RSI) desde 2009, cuando fuimos incluidos oficialmente dentro del marco de aplicación del mismo. Hemos establecido un Punto de Contacto del RSI con la OMS para permitir respuestas tanto regionales como globales ante las amenazas para la salud pública. Hemos valorado y mejorado nuestras capacidades de vigilancia y respuesta para cumplir con los requisitos básicos del Anexo 1B del RSI en el momento oportuno. Taiwán sigue de cerca las tendencias internacionales para promover y mejorar la seguridad sanitaria. Como respuesta al Ébola en África Occidental, en 2014 suministramos 100.000 equipos de protección personal y aportamos un millón de dólares estadounidenses a los esfuerzos internacionales en la lucha contra esta enfermedad. Desde entonces, hemos organizado cuatro talleres de formación dirigidos a trabajadores sanitarios y de laboratorios de Asia- Pacífico y el Sureste Asiático con el objetivo de mejorar la capacidad regional para detectar y responder ante el Ébola, el MERS, el dengue y el virus del zika. Los participantes, procedentes de 14 países, intercambiaron experiencias y formaron redes regionales para hacer frente a este tipo de amenazas para la salud pública.
Taiwán ha ampliado su preparación y respuesta ante la amenaza del mosquito con cuatro estrategias: una planificación del sistema de salud, la prevención en la importación del virus del Zika, la cuarentena fronteriza y las medidas de control respecto a los vectores. Sin embargo, todavía son necesarios un mejor control de los vectores, unas vacunas más eficaces y una gestión clínica más adecuada.
Nuestro pueblo también se enfrenta a las amenazas de las gripes pandémica y estacional. Los brotes anteriores han demostrado que las cepas del virus de la gripe estacional pueden plantear retos mayores a nuestros sistemas de salud. Debido a las altas tasas de hospitalización entre las personas seniles, animamos a la vacunación anual contra la gripe estacional para lograr la inmunidad generalizada.
A medida que continuamos mejorando nuestra planificación en lo que respecta a la gripe, conservamos una visión global y nos esforzamos para mantener las redes sanitarias internacionales más amplias posibles. Con el objetivo de reunir a las naciones para promover la seguridad sanitaria mundial, prevenir brotes de enfermedades, detectar amenazas de manera temprana y dar una respuesta rápida, Estados Unidos puso en marcha la Agenda de Seguridad Sanitaria Mundial con la OMS, la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE). Entre sus objetivos se incluyen estándares sólidos y con amplio apoyo, como es el caso del RSI, incluyendo el Programa de Actuación de Servicios Veterinarios (PVS) y otros marcos de seguridad sanitaria. Con la adopción de estos marcos, Taiwán promueve la medicina humana y las colaboraciones veterinarias y construye un sistema unificado de control de enfermedades infecciosas.
Todo este enfoque multilateral y multisectorial resulta necesario para luchar contra las enfermedades infecciosas. Mientras esperamos todavía obtener un mejor alineamiento con la comunidad internacional, estamos reorganizándonos para encontrar las mejores políticas y prácticas. Además, estamos estableciendo en el sur de Taiwán un instituto nacional para investigaciones sobre enfermedades transmitidas por vectores, a fin de integrar los recursos y ayudar a los gobiernos locales en la prevención.
No es ninguna novedad que una crisis que se produzca en cualquier lugar puede convertirse con facilidad y rapidez en un problema global. La salud mundial exige que todas las poblaciones tengan capacidades óptimas para hacer frente a tales amenazas.
Taiwán continuará buscando la cooperación bilateral y multilateral en investigación. Se puede confiar en nosotros para ayudar a nuestros vecinos de Asia-Pacífico y del Sureste Asiático mientras que ellos mejoren sus propias capacidades de respuesta. Y por las razones que he expuesto, vamos a participar activamente en los foros internacionales.
Tal participación garantiza que la seguridad sanitaria mundial nunca más volverá a tener puntos ciegos letales debido al bloqueo en la comunicación y a la falta de transparencia.