Sede central de Repsol en Madrid
The Diplomat. 29/04/2016
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, que ayer viajó a Trípoli para dar su apoyo al gobierno de unidad nacional creado para tratar de devolver la normalidad a Libia, aseguró que Repsol le ha trasladado que está «perfectamente dispuesta» a reanudar su producción en ese país, en cuanto se reúnan las necesarias condiciones de seguridad y se solucionen los pagos atrasados a la compañía.
La petrolera española se vio obligada a abandonar en verano de 2014 un país en el que operaba desde los años setenta y donde producía 340.000 barriles diarios, el 22 por ciento de la producción libia. Las operaciones en el país magrebí representaban el 60% de las reservas de crudo de Repsol y unos 300 millones de euros de sus beneficios.
Según García-Margallo, la compañía estaría en condiciones de producir hasta cien mil barriles diarios «cuando se solucionen los problemas pendientes». El ministro especificó ante los periodistas, que el inicio de la producción podría realizarse «en muy pocos días», después de que «se llegase a un acuerdo en las zonas donde están las válvulas que garantizan la seguridad para la explotación y el transporte de petróleo».
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El ministro de Exteriores viajó a Trípoli para apoyar al Gobierno de unidad nacional libio
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En una rueda de prensa junto a un viceprimer ministro del Consejo Presidencial, Musa Kony, en la base naval acorazada donde están instalados el Gabinete de unidad y el Consejo presidencial designado por la ONU, García-Margallo señaló que el compromiso de España con Libia ha sido constante en los últimos años.
«Queremos una Libia unida. Queremos una Libia democrática en la que todos los poderes estén subordinados al gobierno y queremos una Libia en la que se recupere la seguridad para todos sus habitantes», subrayó.
Musa Kony, por su parte, señaló: «Estamos deseando que vuelva la presencia diplomática española en Trípoli y las líneas aéreas de Trípoli a Madrid». El ministro español dijo que para que vuelva el embajador, José Antonio Bordallo, hay que esperar a que haya una policía diplomática que garantice la seguridad.