La RASD fue proclamada al día siguiente de la marcha de España./ Foto: saharaoccidental.blogspot.com
Eduardo González. 29/02/2016
En la noche del 26 de febrero de 1976, hace cuarenta años, España puso fin a su presencia colonial en el Sáhara Occidental. Era el fin un proceso que se había intensificado en noviembre de 1975, cuando el rey de Marruecos, aprovechándose de la agonía del general Franco, convocó la llamada Marcha Verde.
El dominio sobre el Sáhara Occidental había empezado a complicarse en 1955, con la entrada de España en la ONU y con la consiguiente y forzada aceptación de los principios del organismo internacional en materia de descolonización.
En 1974, después de dos décadas de presiones y discusiones, el Gobierno español anunció su intención de celebrar un referéndum de autodeterminación, que quedó fijado para el año siguiente. Por esas mismas fechas, una parte de los saharauis decidió tomar las armas y en mayo de 1973 se constituyó el Frente para la Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro (Frente Polisario), liderado por Mustafá Sayed.
En ese contexto, a sabiendas de que tenía muy pocas posibilidades de ganar el referéndum, Hassan II de Marruecos decidió acudir a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, máxima instancia judicial de Naciones Unidas, para reclamar la soberanía sobre este territorio de 266.000 kilómetros cuadrados, rico en minerales y pesca y en poder de España desde el siglo XIX.
La resolución de la CIJ fue emitida el 16 de octubre con unos argumentos concluyentes: en el momento de la colonización por parte de España, el Sáhara no era de ninguna manera un “territorio sin dueño” (terra nullius) y por tanto, aunque había ciertos vínculos de subordinación y de derechos sobre tierras entre algunas tribus saharauis y el sultán de Marruecos, no existían vínculos de soberanía entre el Sáhara Occidental y Marruecos. En conclusión, se debía celebrar el referéndum.
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A pesar de la resolución de la CIJ, España cedió ante Hassan II en los Acuerdos de Madrid
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No obstante, Hassan II hizo su propia interpretación, y quedándose con la parte de los “ciertos vínculos de subordinación”, proclamó que, de acuerdo con la CIJ, el Sáhara Occidental era marroquí “desde la noche de los tiempos”. Al día siguiente, el rey marroquí anunció el inicio de Al Masira, la Marcha Verde, y el 6 de noviembre, 350.000 civiles y 25.000 soldados marroquíes penetraron pacíficamente en territorio saharaui, blandiendo banderas rojas y verdes y liderados por el entonces primer ministro y cuñado del rey, Ahmed Osman.
La VIII Bandera de la Legión Española no sólo no opuso resistencia, sino que al día siguiente el Gobierno de Franco (a quien le quedaban dos semanas de vida) anunció su decisión de negociar la entrega a Marruecos de la administración del territorio. Era el final esperado. Apenas un par de semanas antes, el ministro del Movimiento Nacional, José Solís (que había reemplazado en las negociaciones al ministro de Exteriores, Pedro Cortina Mauri, abiertamente partidario del referéndum), explicó al embajador de Estados Unidos que la principal preocupación de España era evitar “una confrontación entre España y Marruecos”.
El 10 de noviembre, la Marcha Verde inició su regreso y cuatro días después, el 14 de noviembre de 1975, España firmó los Acuerdos Tripartitos de Madrid, por los que entregaba el control territorial (que no la soberanía) a Marruecos y Mauritania, control que pasó íntegramente a Marruecos en agosto de 1979. El 27 de febrero de 1976, el Frente Polisario proclamó la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). La soberanía de Marruecos aún no ha sido reconocida por la comunidad internacional.