<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>La polémica generada por la reciente Cumbre Hispano-Turca llegó ayer al Congreso de los Diputados, en el que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, aseguró que las actuales relaciones entre Madrid y Ankara son las mismas que han mantenido “todos los Gobiernos” españoles desde los años noventa.</strong></h4> <strong>“Desde mediados de los años noventa ha habido una relación muy intensa de todos los Gobiernos con Turquía que no hace más que incrementarse”,</strong> aseguró el ministro ante el pleno de la Cámara Baja en respuesta a una intervención de la diputada Marta Rosique, de ERC, en la que denunció el “acercamiento” entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el “autoritario” presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, una relación que supone un “claro respaldo” al régimen de Ankara y en la que “los Derechos Humanos se han quedado fuera”. Según el ministro, <strong>en la actual relación entre España y Turquía “no hay intensificación ni acercamiento, hay continuidad” respecto a la política de los anteriores Gobiernos</strong>. En este sentido, Albares recordó que la cumbre fue la séptima reunión de alto nivel entre los dos países y que los dos países comparten su pertenencia al mundo mediterráneo y coinciden en muchos foros y organismos internacionales, como la OTAN. Asimismo, precisó que el interés de los empresarios españoles hacia Turquía también viene de atrás, como demuestra la presencia de más de 600 compañías en el país. El ministro aseguró también la situación de España como “puente entre la UE y Turquía” no impide abordar las “discrepancias” entre los dos Gobiernos, por lo que <strong>nuestro país puede convertirse en “la voz que atraiga a Turquía a los Derechos Humanos en todo momento”. </strong> <h5><strong>La Cumbre Hispano-Turca</strong></h5> <strong>España y Turquía celebraron el pasado 17 de noviembre en Ankara la VII Cumbre Hispano-Turca</strong>, la primera desde la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno (las dos anteriores, en Madrid en 2018 y en Ankara en 2014, se celebraron bajo la presidencia de Mariano Rajoy, del PP). Durante la rueda de prensa posterior a la cumbre, <strong>Erdogan aseguró que Turquía quiere adquirir un segundo portaaviones y una serie de submarinos para su Marina en colaboración con Navantia</strong>, que ya está ayudando a los turcos en la construcción de un portaaviones más pequeño. <strong>Estas declaraciones causaron un gran revuelo en Grecia y Chipre</strong>, dos países que mantienen una tensa relación de vecindad con Turquía, agravada recientemente por las prospecciones de gas en el Mediterráneo Oriental, y que no aceptan que España, un país socio en la Unión Europea, tenga vinculaciones tan estrechas en materia militar con un Gobierno como el de Ankara. <strong>Grecia</strong> incluso echa de menos que España no le muestre un apoyo tan firme como el que han mostrado otros países europeos, principalmente Francia. Durante la reciente visita oficial de Albares a Atenas, a mediados de diciembre, su homólogo griego, Nikos Dendias, le transmitió la “preocupación” de Grecia por “la posible intención de España de fortalecer su cooperación militar con Turquía”. Por su parte, Albares se limitó a asegurar que “España es muy clara en su apoyo al diálogo constructivo entre Grecia y Turquía y a la búsqueda de soluciones conformes al Derecho Internacional”. El otro gran punto de fricción es la “cuestión de <strong>Chipre</strong>”. El país está dividido desde 1974 entre una autoproclamada República Turca del Norte de Chipre, únicamente reconocida por Ankara, y la República de Chipre, una entidad mayoritariamente greco-chipriota, con capital en Nicosia, que sí cuenta con reconocimiento internacional e incluso figura como Estado miembro de la UE. Durante su reciente visita oficial a Madrid, el presidente de Chipre, Nikos Anastasiadis, y Pedro Sánchez acordaron un comunicado conjunto en el que apoyaron “la soberanía e integridad territorial de los países” y reclamaron “una solución integral y viable de la cuestión de Chipre, basada en una federación bicomunal y bizonal con igualdad política”. Asimismo, Albares y su homólogo chipriota, Nikos Christodoulides, coincidieron en Nicosia (adonde llegó el ministro procedente de Atenas) en la necesidad de mejorar la cooperación y la coordinación bilateral en “cuestiones de interés mutuo de la agenda europea”, como “las relaciones de la UE con terceros países, incluida Turquía”. Teniendo en cuenta la importancia de los intereses económicos de España en Turquía, dentro del Ejecutivo no se ha visto con buenos ojos la actitud mostrada por el PP desde que se produjo la cumbre. Recientemente, <strong>el presidente del PP, Pablo Casado, viajó a Grecia y Chipre</strong> para mostrar el compromiso de su partido con la integridad territorial de ambos países. Este viaje ha sido interpretado por Moncloa como un intento de poner en tela de juicio la posición del Gobierno, que también ha defendido la integridad de los dos países.