<h6><strong>Ángel Collado</strong></h6> <h4><strong>El empeño de la dirección nacional del PP en impedir que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, sea la presidenta regional del partido como el resto de los dirigentes autonómicos empieza a pasar factura a Pablo Casado.</strong></h4> Mientras la crisis interna de los populares dificulta el eco de su labor en la oposición, <strong>todos los sondeos electorales de diciembre registran un retroceso en las expectativas del PP y un repunte de Vox</strong> que, al <strong>dividir más el voto de la derecha, apuntala la actual mayoría de Pedro Sánchez</strong> con la extrema izquierda de Podemos más sus socios nacionalistas y separatistas. El problema interno sigue enquistado en el Partido Popular tres meses después de que Díaz Ayuso planteara abiertamente sus aspiraciones de optar a la presidencia regional de la formación y solicitara para ello la convocatoria de un congreso. <strong>El equipo de Casado sigue sin dar su brazo a torcer</strong> y rechaza que sea el momento de consultar a los militantes y de elegir una nueva dirección pese a que hace casi cinco años del anterior congreso. El actual presidente, Pío García-Escudero, lleva en el cargo de forma “interina” desde mayo de 2018. <strong>Casado ha dejado que acabara el año sin admitir la celebración de la asamblea</strong> ni poner fecha para hacerlo en el próximo ejercicio, mientras sus fieles insisten en que harán todo lo posible para frenar a Díaz-Ayuso. Entre las maniobras pertinentes incluyen, llegado el caso, <strong>el lanzamiento del alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, a la pelea por el cargo de presidente del PP madrileño.</strong> Lo más parecido a una tregua ha consistido en los últimos días en la negativa de Casado a hablar más del asunto en público mientras la presidenta de la Comunidad hacía lo propio a la espera de que la dirección nacional se aclare. Pese a ese silencio oficial, en las reuniones y primeras cenas previas a la Navidad de los militantes del PP en distintos distritos de Madrid y ciudades de la región ha quedado constancia del apoyo cerrado de las bases del partido a Díaz Ayuso. Hasta a tres cenas en un mismo día tuvo que acudir la presidenta de la Comunidad para responder a las solicitudes de las organizaciones locales de su formación. Desde la sede nacional dieron instrucciones el pasado viernes para que se suspendieran ese tipo de reuniones en toda España ante el ascenso de los contagios de Covid pese a que Madrid está entre las tres regiones con menor incidencia y no pasa aún del riesgo medio. <strong>Y mientras crecen los apoyos a Díaz Ayuso en el PP de Madrid, bajan los de Casado en los sondeos por primera vez después de la victoria en las elecciones autonómicas de Madrid</strong> de mayo pasado. En las dos últimas encuestas publicadas el principal partido de la oposición ve frenadas sus expectativas hasta rondar el empate con el PSOE, ya solo un punto por delante de los socialistas en el estudio más favorable y casi tres por debajo en el más negativo. <strong>Como Vox sube en la misma medida que baja el PP, el principal beneficiario es Pedro Sánchez porque el conjunto de la derecha se aleja de la mayoría absoluta,</strong> lo que permitiría al presidente del Gobierno reeditar su coalición con toda la extrema izquierda parlamentaria, independentistas y nacionalistas, incluso sin necesidad de ser el más votado en los comicios. Si la pelea interna en el PP penaliza a Casado en los sondeos, también perjudica las opciones del partido ante la próxima cita con las urnas como son <strong>los comicios autonómicos en Andalucía</strong> previstos para junio o septiembre del próximo año, según las previsiones del actual presidente regional, Juan Manuel Moreno. El propio presidente de la Junta andaluza, presidente del PP andaluz como el resto de los barones del partido que compaginan ambos cargos, había pedido que se zanjara cuanto antes el conflicto originado en Madrid, pero se verá abocado a concurrir a los comicios con la crisis abierta por la dirección nacional.<strong> Moreno ha tenido que anunciar el adelanto de los comicios después de que Vox se sumara a los partidos de izquierda para tumbar el proyecto de Presupuestos</strong> del Gobierno andaluz. La formación que encabeza<strong> Santiago Abascal</strong>, volcada en ampliar su espacio electoral a costa del PP, i<strong>ntenta aprovechar ahora la crisis interna de los populares</strong> después del revés sufrido en las autonómicas de Madrid. El 4 de mayo supuso todo un frenazo para las expectativas de crecimiento de Vox ante el éxito de Ayuso al sumar los votos de la práctica totalidad del centro derecha en Madrid: logró el 44,7 por ciento del PP frente al 9 por ciento de la extrema derecha. En las generales de 2019 Abascal había llegado en la circunscripción de Madrid al 18 por ciento de los votos. <strong>La operación interna de Casado para frenar a Ayuso se salda de momento con una vuelta atrás del PP: retroceso en las encuestas de ámbito nacional y un resurgir de Vox</strong> que, en Andalucía, ante las elecciones del próximo año, amenaza la cómoda victoria de Moreno que parecía segura.