<h6><strong>Luis Ayllón</strong></h6> <h4><strong>El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, viajará mañana, martes, a Atenas y el miércoles a Nicosia, para tratar de disipar los recelos provocados en las autoridades griegas y chipriotas por la reciente cumbre entre España y Turquía.</strong></h4> Albares acordó su visita a Grecia el pasado 19 de noviembre, tras conversar por teléfono con <strong>su colega heleno, Nikos Dendias,</strong> y después de que <strong>las autoridades griegas convocaran al embajador español, Enrique Viguera,</strong> para pedir aclaraciones sobre lo tratado en la cumbre hispano-turca celebrada dos días antes. Grecia se mostró muy inquieta, de manera especial por lo relativo a <strong>la cooperación en materia de defensa entre España y Turquía</strong>, que, en los acuerdos suscritos en la cumbre, figuran en varios puntos. Así se lo hizo ver Dendias a Albares, con quien terminó concertando la visita que este martes va a hacer el ministro español. La visita de Albares a Atenas tiene como principal objetivo<strong> tranquilizar a los griegos sobre las relaciones de España con Turquía</strong>, algo que ya habría adelantado el pasado 23 de noviembre por <strong>el secretario de Estado de Unión Europea, Juan González-Barba al ministro alterno de Asuntos Exteriores de Grecia, Meltiadis Varvitsiotis,</strong> con quien coincidió en un acto en Sevilla. El mismo objetivo de solventar recelos es el que llevará al ministro de Asuntos Exteriores a <strong>desplazarse a Chipre el miércoles, para reunirse con su colega chipriota, Nikos Christodoulides</strong>, pese a que ambos tuvieron ocasión de entrevistarse ya el jueves pasado, en Madrid, con ocasión de la visita de trabajo que hizo a España el presidente de ese país, <strong>Nikos Anastasiadis.</strong> <strong>Griegos y chipriotas tiene una tensa relación de vecindad con Turquía</strong>, la más reciente la provocada por las prospecciones de gas en el Mediterráneo Oriental, y consideran una especie de traición que España, un país socio en la Unión Europea, tenga vinculaciones tan estrechas en materia militar con un Gobierno como el de Ankara al que consideran de todo menos democrático. <strong>Los griegos querrían que España les mostrara un apoyo más firme, como han hecho otros países europeos</strong>, principalmente Francia, a quien el Gobierno del conservador Kyriakos Mitsotakis, adjudicó en septiembre la construcción de tres fragatas, después de haber dejado fuera del concurso la propuesta de la española Navantia. Los recelos de Grecia hacia España se acrecentaron después de <strong>las manifestaciones del presidente turco, Recep Tayip Erdogan</strong>, en la rueda de prensa conjunta que ofreció con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras la cumbre, en el sentido de que <strong>Turquía quiere adquirir un segundo portaaviones y una serie de submarinos para su Marina,</strong> en colaboración con Navantia, que ya está ayudando a los turcos en la construcción de un portaaviones más pequeño. <strong>El temor de Grecia y Chipre es que estas palabras de Erdogan respondan a la intención de España y Turquía de firmar un Tratado de Defensa</strong>, algo que Albares se va a esforzar en desmentir, según fuentes diplomáticas, porque no es esa la intención del Gobierno de Sánchez. Es probable que <strong>el ministro de Asuntos Exteriores incida</strong>, ante sus colegas griego y chipriota en que, precisamente, <strong>la relación que mantiene España con Turquía desde hace tiempo, puede ser aprovechada por Grecia y Chipre para hacer llegar mensajes a los turcos</strong> a través de canales españoles, lo cual puede ser especialmente útil para los chipriotas que no tienen relaciones diplomáticas con Ankara, como consecuencia de la ocupación turca de parte de la isla. El Gobierno español se enfrenta <strong>la necesidad de mantener una buena relación con Grecia y Chipre, sin que ello sea a costa de perder la que tiene desde hace tiempo con Turquía</strong>. Esa relación con las autoridades turcas va más allá de la famosa Alianza de Civilizaciones impulsada durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero conjuntamente con Erdogan, y se concreta en una <strong>importante presencia económica española en Turquía.</strong> Dentro de esa presencia, destaca la<strong> reciente oferta pública de adquisición (OPA) lanzada por el BBVA sobre el 50,15% que no controla de su filial turca, el Garanti -el principal banco privado de Turquía</strong>- por un precio máximo de 2.249 millones de euros, con el fin de hacerse con el 100% del capital. Teniendo en cuenta la importancia de los intereses económicos de España en Turquía, <strong>dentro del Ejecutivo no se ha visto con buenos ojos la actitud mostrada por el PP desde que se produjo la cumbre hispano-turca.</strong> Recientemente, <strong>el presidente del PP, Pablo Casado, viajó a Grecia y Chipre, y allí expresó el compromiso de su partido con la integridad territorial de esos países</strong>, como si quisiera poner en tela de juicio, entienden desde Moncloa, la posición del Gobierno que también ha defendido esa integridad.