Miguel Ángel Benedicto
Profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Europea.
Las elecciones alemanas dijeron adiós a Merkel, y los cuatro partidos que mejor resultado obtuvieron en los comicios del pasado domingo se afanan en buscarle sucesor que mire a los desafíos de futuro que tiene Alemania y la Unión Europea.
Tanto socialistas (SPD) como conservadores (CDU/CSU) podrían formar gobierno pues solo les separa el 1,6 % de los votos. Sin embargo, el candidato socialista Olaf Scholz obtuvo mejores resultados que en 2017 con cinco puntos más, y su rival conservador, Armin Laschet, cayó 9 puntos; lo que coloca a Scholz en primer lugar a la hora de intentar formar gobierno. Aun así, los que tienen los ases sobre la mesa son el tercer y cuarto partido, los Verdes y los liberales del FPD que han obtenido unos buenos resultados con el apoyo del electorado más joven.
Verdes y liberales ya han tomado la iniciativa y mantienen conversaciones para limar asperezas y evitar el fracaso de un tripartito como ya sucedió en 2017, que llevó a la Gran Coalición entre socialistas y conservadores. Les separa su visión sobre los impuestos y la deuda, pero esta vez no parece que vayan a desperdiciar la posibilidad de estar en el próximo gobierno alemán. Economía y sostenibilidad pueden ir de la mano y tienen dos opciones claras para poder gobernar. La primera sería la coalición semáforo con el SPD y los verdes y liberales que de momento funciona en Schleswig-Holstein, y la segunda, la coalición Jamaica entre CDU, liberales y verdes; cuya fórmula de gobierno está vigente en Renania-Palatinado.
La sociedad alemana por primera vez ha dejado a los dos grandes partidos por debajo del 50% de los votos, sin embargo, también han fortalecido el centro y han dejado aislada a la extrema derecha del AFD y a la extrema izquierda de Die Linke, con menos porcentaje de voto.
Si sale un tripartito, deberá afrontar la sucesión de Merkel que ha representado la estabilidad y una buena gestión; pero quizás lo que ahora necesita Alemania es un liderazgo que asuma más riesgos y modernice al país. Un modelo económico de futuro que apueste por la descarbonización de la economía y la innovación digital, los desafíos más inmediatos, necesitan del liderazgo de una inversión pública estancada en estos momentos.
En caso de gobernar una coalición semáforo, la aportación de los liberales en un futuro gobierno, será la de frenar el instinto intervencionista e impositivo de verdes y socialistas, mientras apoyan las políticas de cambio climático.
El socialista Scholz ha sido ministro de Finanzas con Merkel y se le identifica como heredero de la canciller pese a ser del partido rival. En cambio, el conservador Laschet hizo una mala campaña, que llevó a una de las peores derrotas a la coalición conservadora. El sucesor de Merkel tendrá el reto de hacer olvidar a la canciller y de asumir riesgos para construir el futuro no solo de su país, sino también de la Unión Europea.
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