<h6></h6> <h6></h6> <h6><strong>Ángel Collado</strong></h6> <h4><strong>El Partido Popular bordea una crisis interna con el choque entre la dirección nacional que encabeza Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso a cuenta del control de la organización en Madrid con algunos precedentes en el pasado, pero ningún encaje en el presente. </strong></h4> <span style="font-weight: 400;">Hace casi dos décadas que <strong>los dirigentes del PP que presiden una comunidad autónoma son al tiempo presidentes del partido en la región correspondiente</strong>. Es el mismo modelo aplicado y seguido en el caso del Ejecutivo nacional (primero con José María Aznar y con Mariano Rajoy) y actualmente por el resto de los jefes de gobiernos regionales en manos del PP: Alberto Núñez Feijóo en Galicia, Juan Manuel Moreno en Andalucía, Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León y Fernando López Miras en Murcia.</span> <span style="font-weight: 400;"><strong>Madrid es la excepción a esa fórmula organizativa del Partido Popular desde la dimisión de Cristina Cifuentes en 2018</strong>. Mariano Rajoy recurrió a Pío García-Escudero, entonces presidente del Senado, para que presidiera la gestora que todavía dirige el PP regional a la espera de que se celebre un congreso ordinario que debe elegir a la nueva dirección.</span> <span style="font-weight: 400;"><strong>Las elecciones autonómicas del 4 de mayo dejaron claro quién era la figura emergente entre los populares madrileños con la mayoría casi absoluta a cargo de Isabel Díaz Ayuso</strong> después de una campaña que se desarrolló en clave nacional. La ‘lideresa’ supo sacar rédito al acoso de Pedro Sánchez, liquidó la carrera política de Pablo Iglesias y dio al PP su primera victoria clara en 10 años.</span> <span style="font-weight: 400;">Sobre ese <strong>éxito basado además en la unidad de casi todo el voto del centro derecha</strong>, con la extrema derecha de Vox a la baja, Díaz Ayuso organizó sus equipos de gobierno y de dirección del grupo parlamentario en la asamblea regional. También barrió las antiguas divisiones entre los dirigentes afines de sus antecesoras (Esperanza Aguirre o Cristina Cifuentes) o los que estaban mejor vistos en la dirección nacional antigua (la de Mariano Rajoy) o la de Pablo Casado. <strong>La presidenta de la Comunidad de Madrid ya tiene el control real del PP de Madrid y, por lo tanto, garantizada su elección como futura presidenta</strong>. De ahí el desconcierto ante los movimientos de Génova al poner pegas a los planes de Ayuso.</span> <span style="font-weight: 400;">La hoy presidenta de la Comunidad de Madrid<strong> fue la principal apuesta de Casado para renovar el partido</strong> y asegurar para el PP el gobierno regional. <strong>Ha cumplido con creces la tarea encomendada y aspira</strong> a contar con las mismas facultades organizativas en el partido que Feijóo tiene en Galicia, <strong>un control absoluto sin cuotas de nombramientos decididos desde la dirección nacional</strong>. </span> <span style="font-weight: 400;">Ese es todo el margen de discusión que le puede quedar al equipo de Casado en su pugna con el de Ayuso, según apuntan los veteranos de la organización que asisten con incredulidad al espectáculo de los últimos días. Es la reproducción del modelo de permanente choque entre Rajoy y Esperanza Aguirre entre 2005 y 2016 con la originalidad de que, en esta ocasión, según recuerdan, Díaz Ayuso no deja de ser una apuesta triunfadora de Casado.</span> <span style="font-weight: 400;">En fuentes del PP no ven a la dirección nacional en condiciones de promover un sector del partido en Madrid dispuesto a frenar a Ayuso en sus planes para hacerse con la presidencia. <strong>Tampoco se creen que el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, vaya a arriesgar su carrera para disputarle el cargo</strong>. De momento, hay una <strong>tregua hasta que se celebre la Convención Nacional prevista para octubre,</strong> y Ayuso se ha encontrado el apoyo del otro referente de las mayorías electorales del PP. Para Feijóo “lo normal” es que la presidenta de la Comunidad de Madrid quiera presidir el PP de Madrid y “lo sorprendente” sería lo contrario.</span> <span style="font-weight: 400;"><strong>Casado tendrá que decidir</strong> antes de fin de año si accede a adelan</span><span style="font-weight: 400;">tar o no el congreso del partido en Madrid, que va a ganar de cualquier forma y en cualquier fecha Ayuso. También<strong> si prefiere insistir en poner pegas</strong> a las aspiraciones regionales de la nueva lideresa y<strong> dar pábulo así a la teoría de que teme que esas aspiraciones vayan a más en la política nacional</strong> ante las próximas elecciones generales de finales de 2023 o principios de 2024.</span>