<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>Las acusaciones y la orden de detención contra Sergio Ramírez presidieron ayer el acto de entrega del Legado de Rubén Darío en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, en el que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, mostró el apoyo de España al escritor nicaragüense y en el que no hubo ningún representante de la Embajada de Nicaragua.</strong></h4> <strong>Sergio Ramírez depositó ayer el legado del poeta nicaragüense, Rubén Darío</strong>, considerado el máximo representante del modernismo literario en lengua española, en la Caja de las Letras del Cervantes. En el mismo acto, el escritor cubano <strong>Leonardo Padura</strong> depositó su propio legado personal y presidió la presentación del libro <em>La escritura de Leonardo Padura</em>, que repasa la obra del autor y con el que el Instituto inaugura <em>Las Ínsulas Prometidas</em>, una colección de estudios que analizarán la creación de escritores hispanoamericanos contemporáneos. <strong>Ramírez, Premio Cervantes 2017 y vicepresidente de Nicaragua durante el primer Gobierno sandinista (1979-1990), ha sido acusado por la Fiscalía de “realizar actos que fomentan e incitan al odio y la violencia”</strong>. El pasado domingo, los Ministerios españoles de Asuntos Exteriores y de Cultura emitieron un comunicado conjunto en el que rechazaron “contundentemente” las acusaciones de la Fiscalía y aseguraron que Ramírez “ha demostrado siempre su compromiso en la defensa de la democracia en su país, primero con su papel en la lucha contra el régimen de los Somoza y apoyando desde entonces la libertad y la democracia”. Durante el evento de ayer, Sergio Ramírez confesó sentirse “verdaderamente abrumado” por la gran cantidad de apoyos recibidos. “Me hace llevar mejor el exilio forzado, que es lo más duro a lo que alguien puede ser sometido por una dictadura enemiga de los libros”, añadió. Asimismo, Ramírez se reivindicó como un escritor, no como un político, aunque ahora se le persiga por su más reciente novela, <em>Tongolele no sabía bailar</em>, que denuncia las violaciones de los derechos humanos en las calles de Managua y otras ciudades en 2018. Al final del acto, y en declaraciones a la prensa, Sergio Ramírez advirtió de que, con su edad (79 años), no le es posible “estar preso sin los auxilios de un médico”, por lo que <strong>“regresar a Nicaragua significaría la cárcel y por lo tanto la muerte”</strong>. “Me han puesto ocho cargos criminales. ¿Qué puedo esperar? Pasar del aeropuerto al centro de detención de Chipote, que es un lugar temible”, prosiguió el escritor, quien aseguró que, “de momento”, va a seguir viviendo como exiliado en Costa Rica, donde ha sido acogido “de una manera maravillosa” por el Gobierno del presidente Carlos Alvarado. En todo caso, precisó, hasta el próximo 30 de octubre permanecerá en España para participar en varios actos con el Instituto Cervantes en ciudades como Alicante o Málaga. Por su parte, <strong>José Manuel Albares</strong> –quien previamente se había reunido ayer con los directores del Instituto Cervantes en la sede de esta institución en Madrid- se dirigió durante el evento a Ramírez, a quien aseguró que, pese a las “acusaciones infundadas, éste siempre será tu país y tu casa doblemente: porque eres español y porque ésta es la casa y el país de la libertad y la democracia, y todos los que están a favor de la democracia siempre tienen un sitio en España”. “Eres un referente literario, pero también moral e intelectual” y, por ello, <strong>“puedes contar con España y con el Gobierno de España en esos momentos difíciles”</strong>, aseguró. Durante su intervención, <strong>el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero</strong>, definió a Sergio Ramírez como un <strong>“referente de los valores democráticos”</strong> y recordó que había conocido al escritor nicaragüense a finales de los años setenta, cuando militaba en un comité de Solidaridad con Centroamérica. Según el director del Cervantes, el dictador Anastasio Somoza lo persiguió por las mismas razones de que hoy se vale Daniel Ortega, lo cual significa que “defendemos los mismos valores que hemos defendido siempre”. En 2019, García Montero inauguró en el Cervantes de Hamburgo la biblioteca que lleva, precisamente, el nombre del escritor nicaragüense. <strong>El acto de ayer no contó con la presencia del embajador de Nicaragua, Carlos Midence</strong>, a pesar de su doble condición de poeta y de especialista, precisamente, en la obra de Rubén Darío. Midence sí asistió en abril de 2018 a un almuerzo presidido por los Reyes en el Palacio Real en vísperas de la entrega del Premio Cervantes, precisamente, a Sergio Ramírez, quien también estuvo presente en aquel encuentro junto a un centenar de representantes del mundo de las letras.