<h6><strong>Luis Ayllón</strong></h6> <h4><strong>El Gobierno español sigue con atención el cambio de primer ministro en Marruecos, después de los resultados de las elecciones legislativas en ese país, que han supuesto el derrumbe del islamista Partido de la Justicia y del Desarrollo (PJD) y el ascenso de formaciones afines a Mohamed VI, según indicaron a The Diplomat fuentes diplomáticas.</strong></h4> La caída de los islamistas moderados que han estado en el Gobierno en la última década, deja las manos libres al monarca para nombrar primer ministro, previsiblemente, a su amigo personal y multimillonario<strong> Aziz Akhannouch</strong>. El hasta ahora ministro de Agricultura ha liderado el <strong>Reagrupamiento Nacional de los Independientes</strong> (RNI), gran vencedor de los comicios, con 97 escaños, y podría encabezar un Gobierno de coalición, en el que el otro gran pilar sería <strong>el Partido Autenticidad y Modernidad</strong> (PAM), con 82 escaños y también muy próximo a Mohamed VI. En principio, el cambio de primer ministro<strong> no parece que sea un elemento determinante en el futuro de las relaciones con España</strong>, aunque la cercanía al Palacio Real puede hacer las cosas menos complicadas que cuando el Gobierno estaba encabezado por islamistas moderados, ante los que el rey siempre ha tenido prevenciones. De todos modos, es muy probable que<strong> hasta que no se forme el nuevo Gobierno, no haya avances en el proceso de reconciliación</strong> anunciado por Mohamed VI, con el que daba por cerrada la crisis provocada en abril por el “caso Ghali”. Uno de los primeros elementos que podrían escenificar la apertura de esa nueva etapa de las relaciones de que habló el monarca alauí sería la vuelta a Madrid de <strong>la embajadora marroquí, Karima Benyaich,</strong> llamada a consultas después de que España acogiera en un hospital de Logroño al líder del Frente Polisario, Brahim, Ghali. Algunos medios del país vecino anunciaron hace ya tiempo una inminente llegada de la embajadora, pero esta no se ha producido y varias fuentes consideran que <strong>Mohamed VI podría decidir pedir el plácet para otra persona</strong>, entre otras razones, porque Karima Benyaich, mantuvo una posición de gran dureza respecto a España, cuando se produjo la crisis. Otro acontecimiento que daría visibilidad ala reconciliación hispano-marroquí sería <strong>la visita a Rabat del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares</strong>, elegido por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para sustituir a <strong>Arancha González Laya</strong>, a quien los marroquíes consideraron la principal responsable del incidente con Ghali. <strong>Esa visita, que es esperada en Marruecos, podría retrasarse aún algún tiempo</strong>, al menos hasta que se forme un nuevo Gobierno en el país magrebí, aunque ello no implicaría necesariamente un cambio de ministro de Asuntos Exteriores, ya que los titulares de esa cartera son elegidos directamente por el Rey. Desde Exteriores, empezando por el propio ministro, se ha optado, en cualquier caso, por tratar de mantener la <strong>discreción en todo lo que afecta a la relación con Marruecos</strong> y se está a la espera de los pasos que pueda dar Rabat.