<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>El Gobierno español está siguiendo con preocupación la crisis constitucional que ha estallado en Túnez después de que el presidente del país, Kais Saied, anunciara el pasado domingo su decisión de suspender el Parlamento y cesar al primer ministro, Hichem Mechichi, para asumir provisionalmente todas sus competencias.</strong></h4> En un comunicado emitido hoy por el Ministerio de Asuntos Exteriores, el Ejecutivo, hace, además, un <span style="font-weight: 400;">llamamiento a la calma y a la estabilidad, y "</span><span style="font-weight: 400;">apela al funcionamiento regular de las instituciones, con el <strong>necesario respeto del Estado de Derecho y de las libertades y derechos políticos"</strong>. </span> <span style="font-weight: 400;"> </span> <span style="font-weight: 400;">"España -añade el comunicado- ha dado desde la primera hora su apoyo a la democracia tunecina y al pueblo tunecino amigo, incluyendo la respuesta a los efectos de la pandemia Covid-19, con el envío urgente de material sanitario a Túnez el pasado 16 de julio y su disposición a contribuir en los esfuerzos de vacunación".</span> El Ministerio de Asuntos Exteriores renovó ayer sus <strong>recomendaciones de viaje</strong> a Túnez para pedir “prudencia, evitar aglomeraciones y respetar las reglamentaciones en vigor”, y <strong>la Embajada de España</strong> recordó que las autoridades tunecinas habían impuesto un toque de queda, la prohibición de desplazamientos entre ciudades excepto por necesidad y emergencia sanitaria y la prohibición de reuniones de más de tres personas en lugares públicos. Estas restricciones se suman a las medidas sanitarias impuestas por el Gobierno del país norafricano, que ha limitado la entrada y la estancia a causa de la pandemia del COVID-19. Por su parte, e<strong>l Ministerio de Asuntos Exteriores francés</strong> hizo ayer “un llamamiento a todas las fuerzas políticas del país para que eviten cualquier forma de violencia y preserven los logros democráticos del país y reclamó que “se respete el Estado de derecho y que las instituciones vuelvan a funcionar con normalidad lo antes posible para que puedan concentrarse en la respuesta a la crisis sanitaria, económica y social”. Asimismo, el <strong>Ministerio alemán</strong> insto a “volver rápidamente al orden constitucional” y a “preservar las libertades civiles y restablecer las funciones del Parlamento” y <strong>el ministro de Exteriores italiano, Luigi di Maio</strong>, mantuvo una conversación telefónica con el <strong>alto representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell</strong>, en el que ambos abordaron la situación en Túnez tras “los últimos y preocupantes acontecimientos” y renovaron su “compromiso compartido con la estabilidad política y económica del país”. Por su parte, <strong>la portavoz de Exteriores de la UE, Nabila Massrali</strong>, pidió a “todos los actores que respeten la Constitución, sus instituciones y el Estado de Derecho”. El presidente Saied decidió este domingo, tras reunirse de emergencia con altos funcionarios militares y de seguridad, congelar las funciones del Parlamento y relevar al primer ministro, del partido islamista Ennahda. El mandatario también ordenó la retirada de la inmunidad a los parlamentarios y destituyó ayer a los ministros de Defensa, Justicia e Interior. Seguidores de Ennahda y del presidente se enfrentaron ayer frente al Parlamento después de que las fuerzas de seguridad impidieran la entrada del presidente del Parlamento y líder de Ennahda, Rachid Ghanuchi, quien acusó de Saied de haber dado un “golpe de Estado” y pidió a sus seguidores que se manifiesten para “recuperar la democracia y la revolución”. Ennahda fue el partido más votado y la mayor fuerza parlamentaria tras las últimas elecciones. Las medidas del presidente, justificadas por la necesidad de “salvar a Túnez, al Estado y al pueblo tunecino”, se produjeron después de que centenares de personas se manifestaran en las principales ciudades del país para protestar contra el Gobierno y por su gestión de la crisis económica, que se ha visto agravada por un nuevo brote del coronavirus. Túnez sufre su peor ola de COVID-19 desde que estalló la pandemia. El pasado miércoles, un día después del cese del ministro de Sanidad, Fauzi Mehdi, el presidente Saied, anunció que el Ejército había asumido la gestión de la pandemia. El Gobierno español envió la semana pasasda un primer cargamento de ayuda humanitaria a Túnez para abordar los efectos del COVID-19.