Entre el 4 y el 24 de julio, el Teatro Real de Madrid ofrecerá 16 funciones de Tosca, que regresa a este recinto con un nuevo enfoque, que nace de la riqueza musical y dramática de esta trepidante obra maestra de Puccini.
Concebida como un thriller cinematográfico, con apoyo de proyecciones y un decorado circular que evoluciona del realismo del primer acto a un progresivo lenguaje más conceptual y simbólico, Azorín lleva al espectador a penetrar en la atmósfera revolucionaria, caótica y despiadada de las luchas napoleónicas y contrarrevolucionarias, germen de los movimientos que llevarían a la unificación de Italia años más tarde. Haciendo un paralelismo entre la trágica historia amorosa de la protagonista y la lucha contra un poder corrupto y autocrático, Tosca lucha por el hombre al que ama hasta la humillación y el asesinato, encarnando simbólicamente la defensa a ultranza de los ideales revolucionarios. La ópera, coproducción del Gran Teatre del Liceu de Barcelona y del Teatro de la Maestranza de Sevilla estrenada en 2014, estará protagonizada por tres repartos encabezados por las sopranos Sondra Radvanovsky, Maria Agresta y Anna Netrebko; los tenores Joseph Calleja, Michael Fabiano, Yusif Eyvazov y Jonas Kaufmann; y los barítonos Carlos Álvarez, Gevorg Hakobyan y Luca Salsi.