The Diplomat
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció ayer que España exigirá una prueba de PCR o la pauta completa de la vacuna del coronavirus a los ciudadanos procedentes del Reino Unido que se desplacen a Baleares a fin de impedir la entrada de la variante Delta del COVID-19.
“Vamos a aplicar a los turistas británicos que vayan a las islas Baleares las mismas exigencias que hacemos con el resto de europeos: necesitarán o la vacunación de pauta completa o una PCR negativa para poder viajar a Baleares”, declaró Sánchez a la periodista Àngels Barceló durante una entrevista en el programa Hoy por Hoy de la Cadena SER en Barcelona, cuatro días después de que las autoridades británicas anunciasen la inclusión de las islas Baleares en la lista verde de viajes seguros por el COVID-19.
“Esto lo aplicaremos en un plazo de 72 horas y así los turoperadores y los turistas británicos podrán adaptarse a estas nuevas reglas”, añadió el jefe del Ejecutivo. La decisión del Gobierno responde a una petición del Gobierno autonómico de Baleares, cuya presidenta, Francina Armengol, había pedido que se fijasen “controles de entrada estrictos y seguros”. Según Sánchez, los datos que llegan del Reino Unido indican unos contagios “muy por encima de los 150 casos por 100.000 habitantes en 14 días”, una cifra “preocupante” a la que hay que unir algunos brotes recientemente detectados en Baleares relacionados con los viajes de estudios a Mallorca.
El ministro británico de Transportes, Grant Shapps, anunció el pasado 24 de junio la inclusión de las islas Baleares en la lista verde de países y territorios a los que se podrá viajar sin tener que hacer cuarentena al regreso a partir del 30 de junio. Se trata de la primera vez que el Gobierno británico atiende a las especificidades regionales a la hora de elaborar su semáforo, que hasta la fecha incluía a los países en bloque. El resto de las comunidades españolas, incluida Canarias, continúa en la lista ámbar. Las autoridades británicas no prohíben los viajes a los países de esta lista ámbar, pero sí exigen a los viajeros, antes de su regreso a Reino Unido, la presentación de una prueba de PCR en el país de origen, otra PCR a la llegada (cada prueba de este tipo cuesta en torno a cien euros) y un periodo de cuarentena que sólo se puede acortar con una tercera (y costosa) PCR.
Por otra parte, Reino Unido figura, a propuesta del Ministerio del Interior español, en la lista de países no comunitarios a cuyos ciudadanos se permite la entrada en España sin otro requisito que certificar la pauta completa de las vacunas aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) o por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Reino Unido no aparece en la lista del Consejo de la Unión Europea sobre los países no comunitarios que pueden entrar libremente en Europa, pero el Gobierno español se ha valido de una cláusula de la Recomendación europea por la que no se impide a los Estados miembros autorizar la entrada de ciudadanos individuales de terceros países en los que se aplican las vacunas aprobadas, aunque no figuren en la lista.