The Diplomat
El Gobierno británico podría relajar las restricciones que impone actualmente a los turistas de su país que viajen a cualquier país de la UE, incluida España, siempre y cuando hayan recibido las dos dosis de la vacuna contra el COVID-19.
En declaraciones a Sky News, un portavoz del Ejecutivo de Boris Johnson reconoció ayer que las autoridades están “trabajando con la industria para volver a viajar de forma segura, guiado por una prioridad absoluta: la salud pública”. Por ello, y teniendo en cuenta “el éxito del programa de vacunas”, el Gobierno podría “considerar el papel de las vacunas a la hora de configurar un nuevo conjunto de medidas sanitarias y de control para los viajes entrantes”. “No queremos quedarnos atrás con respecto a los países que puedan adoptar un enfoque basado en las dos dosis, si se puede hacer con seguridad”, declaró a Sky New el secretario de finanzas del Tesoro, Jesse Norman.
En caso de salir adelante estas propuestas, de las que informó hace unos días el diario The Telegraph, los británicos que estén totalmente vacunados no necesitarían pasar la cuarentena a su regreso de destinos como Estados Unidos y los países del conjunto de Europa. Según el rotativo londinense, el ministro de Sanidad, Matt Hancock, uno de los miembros del Gobierno más intransigentes en lo que se refiere a los viajes, incluso está “abierto” a la posibilidad de relajar las normas para los viajeros vacunados.
A principios del pasado mes de mayo, las autoridades británicas establecieron una “lista verde” de países y territorios hacia los que se facilitarían los viajes. La lista, renovada a principios de junio, no incluye a ningún país de la UE. España aparece en la zona “ámbar” (siguiendo los colores del semáforo) de esta lista, revisable cada tres semanas y que incluye a los países en bloque y, por tanto, no prevé ningún tratamiento diferenciado por regiones, ni siquiera para las que tienen una baja incidencia de contagios, como la Comunidad Valenciana, las islas Canarias y Baleares.
Las autoridades británicas no prohíben exactamente los viajes a los países que figuren en la zona “ámbar”, pero sí exigen a los viajeros, antes de su regreso a Reino Unido, la presentación de una prueba de PCR en el país de origen, otra PCR a la llegada (cada prueba de este tipo cuesta en torno a cien euros) y un periodo de cuarentena que sólo se puede acortar con una tercera PCR.
Desde el pasado 7 de junio, España permite la entrada a los ciudadanos de países extracomunitarios que presenten un certificado con la pauta completa de vacunación, independientemente de que figuren o no en la lista europea de países terceros a los que se han levantado las restricciones de entrada. Esta política española de puertas abiertas beneficia no solo a Estados Unidos, sino también a Reino Unido, que se ha vuelto a quedar fuera de la lista europea.