<h6><strong>Luis Ayllón</strong></h6> <h4><strong>Su Majestad el Rey aprovechó ayer la entrega de despachos a 35 nuevos diplomáticos para subrayar, en plena crisis con Marruecos, que “España es Europa” y que “Europa es parte indisociable de nuestra identidad”.</strong></h4> Don Felipe acudió a la Escuela Diplomática para cumplir con un acto ya tradicional, pero que en esta ocasión tenía la particularidad de que los nuevos diplomáticos no pudieron contar con la presencia de sus familiares, debido a la situación de pandemia. De hecho, como dijeron el propio Monarca y el número uno de la promoción, Alejandro Robles, que habló en nombre de sus compañeros son “la promoción covid” y como tal han tenido un periodo de formación peculiar. Sí estuvieron arropados <strong>los 20 hombres y 15 mujeres que acceden a la Carrera Diplomática,</strong> por la <strong>cúpula del Ministerio de Asuntos Exteriores, con su titular, Arancha González Laya,</strong> a la cabeza y por el <strong>director de la Escuela Diplomática, Alberto Antón, y su antecesor en el cargo, Fernando Fernández-Arias.</strong> Antón resaltó al abrir el acto, el porcentaje de hombre y mujeres que forman parte de la promoción y que -dijo- se corresponde más o menos con la proporción de opositores. Intervino después la ministra <strong>González Laya</strong>, quien destacó el esfuerzo “enorme” realizado por el personal del Ministerio de Asuntos Exteriores en estos tiempos de pandemia y <strong>anunció a los nuevos diplomáticos que deberán contribuir a dar cada día “un mejor servicio púbico a nuestros ciudadanos”.</strong> Por ello, les reclamó “constancia, capacidad de trabajo, empatía y solidaridad con los compañeros, indicando que la Carrera Diplomática “es más que una profesión, es un estilo de vida". Además, les aseguró que en ese esfuerzo la tendrán a su lado. Tras ello, <strong>el Rey hizo entrega de los despachos</strong> a los recién nombrados secretarios de tercera, y pronunció un discurso en el que l<strong>es recordó que asumen un compromiso permanente de servicio y de defensa de los intereses de España</strong>, “que es tanto como decir -precisó- <strong>los valores propios de nuestra Constitución</strong>, los mismos que inspiran nuestra política exterior: la defensa de la democracia, el respeto por los derechos humanos, la legalidad internacional, la tolerancia y el respeto por la diversidad, la voluntad solidaria que se traduce en la cooperación para el desarrollo, la promoción de nuestra lengua común, la cultura y el conocimiento, y la defensa del medio ambiente…” En su intervención, don Felipe <strong>hizo un especial hincapié en la dimensión europea de España</strong>, unas palabras que cobran un especial interés, en un momento en que nuestro país acoge con satisfacción el respaldo de la Unión Europea <strong>ante el desafío planteado por Marruecos</strong> al permitir el acceso masivo de inmigrantes a Ceuta. <strong>“España -subrayó el Rey- es Europa, y Europa es parte indisociable de nuestra identidad</strong>. Esta relación intrínseca es la que hace que la política europea respecto de nuestro país no se conciba como una política exterior en el sentido tradicional. Somos miembros de una misma realidad histórica, cultural y geográfica, y socios de un mismo proyecto de integración. Esta perspectiva os debe acompañar a lo largo de vuestra trayectoria”. Tras insistir en que <strong>España “forma parte de un proyecto europeo, de progreso y bienestar, en un mundo definido por una creciente complejidad”,</strong> señaló: “Como partícipes plenamente comprometidos, queremos mirar al mundo con una visión centrada en los principios del derecho internacional y en los valores de la cooperación y la solidaridad, propios de la política exterior española y del carácter de nuestra sociedad en su conjunto”.