<h6><strong>Luis Ayllón</strong></h6> <h4><strong>La crisis diplomática entre España y Marruecos dio un nuevo paso ayer, después de que Rabat llamara a consultas a su embajadora en Madrid, Karima Benyaich, que horas antes había sido convocada al Ministerio español de Asuntos Exteriores, por la ministra, Arancha González Laya.</strong></h4> La gravedad del conflicto abierto con <strong>la llegada de unos 8.000 inmigrantes</strong> de manera irregular a territorio español, ante la <strong>pasividad de las Fuerzas de Seguridad</strong> del país magrebí, forzó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, <strong>a viajar a Ceuta y Melilla</strong>, y a reclamar la solidaridad de la Unión Europea. El Gobierno, que está cosechando las consecuencias de haber traído a España, para hospitalizarlo, de manera clandestina -y sin avisar antes a Rabat- al <strong>líder del Frente Polisario, Brahim Ghali</strong>, se movilizó para intentar reconducir la mayor crisis diplomática con Marruecos desde el asalto a la Isla de Perejil, en julio de 2002. <strong>Pedro Sánchez</strong> hizo pública una declaración institucional, sin presencia de periodistas, en la que anunció su intención de desplazarse a las dos ciudades autónomas, asegurando que s<strong>u Gobierno defenderá "la integridad territorial de España con los medios que sea necesario".</strong> "La integridad territorial de España, sus fronteras, que son también las fronteras exteriores de la UE, serán defendidas por el Gobierno de España ante cualquier desafío y conjuntamente con nuestros socios europeos", dijo. <strong>En Ceuta,</strong> que vive jornadas convulsas por la llegada de los inmigrantes, muchos de ellos deambulando por las calles de la ciudad, <strong>Sánchez fue recibido con hostilidad</strong> por grupos de personas que le abuchearon y pidieron su dimisión. Acompañado de Grande-Marlaska, se reunió con el presidente ceutí, <strong>Juan Jesús Vivas</strong>, y con la delegada del Gobierno,<strong> Salvadora Mateos</strong><strong>. </strong>Vivas reclamó a Sánchez blindar la frontera ante lo que calificó de “invasión” Posteriormente, el presidente y el ministro del Interior<strong> se desplazaron a Melilla</strong>, donde Sánchez se entrevistó con el presidente melillense, <strong>Eduardo de Castro</strong>, y la delegada en Melilla, <strong>Sabrina Moh.</strong> En su declaración institucional de la mañana, el <strong>jefe del Ejecutivo evitó nombrar a Marruecos</strong>, aunque poco después, <strong>la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, convocó</strong> a su despacho en el Palacio de Santa Cruz, <strong>a la embajadora marroquí, Karima Benyaich,</strong> para expresar el "<strong>disgusto y rechazo</strong>" de España a la llegada "<strong>masiva</strong>" de inmigrantes marroquíes a Ceuta. González Laya manifestó ante la prensa que había recordado a la embajadora que “<strong>el control de las fronteras</strong> ha sido y debe seguir siendo la <strong>corresponsabilidad</strong> de España y de Marruecos”. "Le he expresado -dijo- el deseo del Gobierno de mirar al futuro, de <strong>evitar que actos como estos puedan</strong> <strong>volver a repetirse</strong>. También he pedido el compromiso de que puedan seguir retornando todos aquellos ciudadanos que hayan entrado de manera irregular en nuestro país de acuerdo con los protocolos en vigor entre España y Marruecos”. La ministra reiteró a la representante diplomática marroquí el deseo de España de mantener “relaciones de buena vecindad, relaciones estrechas como vecinos y amigos". En ningún momento, las autoridades españolas han querido vincular la avalancha de inmigrantes propiciada por Marruecos con la decisión de hospitalizar a Ghali en Logroño, pero Rabat ya advirtió días atrás de que ese hecho podría tener consecuencias. <strong>La propia embajadora marroquí declaró ayer a </strong>Europa Press, momentos antes de acudir a su cita en Exteriores, que <strong>hay actos que tienen consecuencias, "y se tienen que asumir"</strong>, en velada referencia al caso del líder saharaui. <strong>El Gobierno marroquí reaccionó a la convocatoria hecha a su embajadora, llamándola a consultas a Rabat</strong>, lo que representa un paso más en la escalada del conflicto diplomático. En el Ministerio de Asuntos Exteriores no confirmaron si España responderá con la misma medida llamando a consultas a su <strong>embajador en Rabat, Ricardo Díez-Hochtleiner</strong>, y se limitaron a indicar que González Laya mantuvo conversaciones “con autoridades marroquíes”, sin precisar si lo hizo con su homólogo<strong>, Nasser Bourita</strong>. Se desconoce también si Sánchez habló con el <strong>primer ministro marroquí, Saadeddine Othmani</strong>, y no se tenían noticias a última hora de la tarde de ayer de que <strong>el Rey</strong> hubiera conversado con <strong>Mahomed VI</strong>. Tradicionalmente cuando surgía un conflicto entre los dos países era frecuente que los monarcas hablaran para tratar de reconducir la situación, siempre contando con el conocimiento del Gobierno. Casi a la misma hora en que se conocía la llamada a consultas de la embajadora marroquí, en torno las cinco de la tarde, se reunía el “comité de situación” creado ayer en el Consejo de Ministros para hacer frente a la crisis. El comité está presidido por la vicepresidenta primera, <strong>Carmen Calvo</strong>, y forman parte del mismo los<strong> ministros de Asuntos Exteriores; Defensa; Política Territorial y Función Pública; Derechos Sociales; Inclusión, Seguridad Social y Migraciones; e Interior,</strong> que ayer estuvo representando por el secretario de Estado de Seguridad, ya que ministro, Fernando Grande-Marlaska, viajó a Ceuta para acompañar a Sánchez en su visita. También participó en la reunión del comité<strong> la directora del CNI.</strong> Carmen Calvo manifestó que "lo que se ha producido, que es una agresión a nuestras fronteras, y <strong>eso no puede formar parte las buenas relaciones con Marruecos</strong>, pero las vamos a seguir manteniendo porque somos países vecinos y cercanos". Mientras tratan de resolver el problema creado por la avalancha de inmigrantes, las autoridades españolas buscan la solidaridad de la Unión Europea. El apoyo les llegó a través del pr<strong>esidente del Consejo Europeo, Charles Michel</strong>; y del <strong>Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell</strong>. Ambos hablaron por teléfono con Pedro Sánchez. Otros dirigentes comunitarios, como<strong> la comisaria de Interior, la sueca Ylva Johansson</strong>; y el comisario de Promoción de la Vida Europea, el griego<strong> Margaritis Schinas</strong>, también se manifestaron en apoyo de nuestro país y recordaron que<strong> las fronteras de España son las fronteras de Europa.</strong> Por el contrario, en medio de la crisis, el Ejecutivo vio como la <strong>Administración de Joe Biden</strong> subrayaba en una llamada del secretario de Estado norteamericano,<strong> Antony Blinken</strong>, al ministro marroquí de Exteriores para hablar sobre Israel y Gaza<strong> «la importancia de la sólida relación bilateral y el papel clave de Marruecos en el fomento de la estabilidad en la región».</strong> Joe Biden no ha revertido la decisión adoptada por Donald Trump de reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. Dentro de España,<strong> los partidos de la oposición expresaron su apoyo a la integridad de Ceuta y Melilla, pero criticaron al Gobierno por su gestión</strong> de una crisis, en la que, al parecer, el titular de Interior y la de Asuntos Exteriores discreparon sobre la conveniencia de acoger a Ghali en un hospital español, ya que Grande-Marlaska se oponía a ello. Desde el punto de vista operativo<strong>, el Gobierno desplegó al Ejército y aumentó el número de policías y guardias civiles</strong> en la zona para evitar nuevas llegadas, al tiempo que se procedía a devolver a los adultos que iban entrando. A medias tarde de ayer, <strong>el Ministerio del Interior informó de que habían sido devueltos a Marruecos 4.000 personas, la mitad de los que entraron</strong>. Sin embargo, se estima que al menos unos 1.500 menores que no pueden ser devueltos siguen en Ceuta. Marruecos volvió ayer a ejercer el control sobre sus fronteras, una actitud muy distinta a la mantenida a lo largo de la madrugada del lunes y durante todo ese día, como reflejó un video distribuido en las redes sociales, en el que se veía a agentes marroquís abriendo las puertas del paso fronterizo para la entrada de los inmigrantes a España. Precisamente<strong> ayer, el Consejo de Ministros aprobó la entrega de 30 millones de euros a Marruecos para colaborar en la financiación de la policía marroquí</strong>. El Gobierno enmarca estas ayudas en su política de «cooperación y colaboración» con los países de origen y tránsito de la inmigración irregular. Ya se produjeron desembolsos similares en 2019.