<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, recibirá hoy en Madrid a su homólogo serbio, Nikola Selakovic, a quien trasladará la posición de España en favor de la reanudación de las conversaciones para la normalización de las relaciones con Kosovo.</strong></h4> González Laya y Selakovic se entrevistarán este mediodía en la sede ministerial del Palacio de Viana, en Madrid, tras lo cual ofrecerán una rueda de prensa conjunta. Durante el encuentro, según informaron fuentes de Exteriores, los dos ministros harán un repaso de las relaciones bilaterales en los ámbitos político, económico y cultural y abordarán la situación en los Balcanes Occidentales, el Mediterráneo Oriental, América Latina y África. Durante el encuentro, la ministra trasladará a su homólogo serbio <strong>el apoyo de España a la ampliación de la UE en los Balcanes Occidentales</strong>, un proceso en el que Serbia es “uno de los países mejor situados” –según las citadas fuentes-, y hará hincapié en <strong>la necesidad de que se reanuden las negociaciones entre Belgrado y Pristina para la normalización de las relaciones entre Serbia y Kosovo.</strong> Respecto a este punto, <strong>González Laya trasladará a Selakovic que para España es “fundamental” que se llegue a un acuerdo entre Serbia y Kosovo</strong> y que se reanuden y se profundicen las conversaciones bilaterales en este sentido, ya que es una “precondición importante para cualquier otra conversación sobre la membresía serbia en la UE”. En cualquier caso, España insistirá en su postura en contra de los “procesos de independencia unilaterales” en seno de la UE, tanto en los Estados miembros como en candidatos. Kosovo proclamó unilateralmente su independencia de Serbia el 17 de febrero de 2008, pero el nuevo Estado no ha sido reconocido por Serbia ni por numerosos países, como España (además de Grecia, Chipre, Eslovaquia y Rumania, dentro de la UE). Este hecho ha contribuido a mejorar considerablemente las relaciones entre Madrid y Belgrado, que ha agradecido reiteradamente a España que sea el único “país grande” de la UE que no ha reconocido la independencia de su antigua provincia. En 2011, los dirigentes de Serbia iniciaron las negociaciones para la normalización de las relaciones con Kosovo, gracias a la mediación de Bruselas y en el contexto de las aspiraciones serbias de ingresar en la UE. No obstante, el diálogo quedó completamente bloqueado entre 2018 y 2019 tras la decisión de las autoridades de Kosovo de imponer altos aranceles a los productos procedentes de Serbia en represalia por la estrategia de Belgrado de boicotear los intentos de Pristina para ingresar en los organismos internacionales. Serbia es consciente de que la falta de un acuerdo con Kosovo perjudica sus aspiraciones de entrar en la Unión Europea e intenta, por ello, encontrar una fórmula que le resulte aceptable. Por su parte, Kosovo sabe que sin un acuerdo con Serbia no podrá acercarse a la UE ni entrar en la ONU. Por esos motivos, las dos partes reanudaron el diálogo en Bruselas en julio de 2020 por primera vez desde finales 2018 y en septiembre del mismo año, el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, y el entonces primer ministro de Kosovo, Avdullah Hoti (más abierto al diálogo que sus predecesores), suscribieron un acuerdo de acercamiento económico en la Casa Blanca que fue muy elogiado por el Gobierno español, que expresó su deseo de que “este importante paso contribuya a una normalización plena de las relaciones” entre las dos partes y “refuerce la seguridad y estabilidad regional”. No obstante, la victoria del más intransigente Albin Kurti en las elecciones kosovares del pasado mes de febrero interrumpió esta tímido acercamiento. El alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, pidió muy recientemente a Serbia y Kosovo que retomen pronto el diálogo y propuso la fecha del 11 de mayo para el reinicio del proceso, pero Albin Kurti anunció posteriormente que no retomaría el diálogo con Serbia antes de finales de junio. En respuesta, Borrell le insistió en la necesidad de reanudar las conversaciones “sin retraso” y de aprovechar los avances logrados por el anterior Gobierno kosovar, que a lo largo de 2020 protagonizó varias rondas de conversaciones después de 20 meses sin contactos.